(English intro to Spanish lang. post) Some stories from México and Costa Rica show euphoria with the results of the UN climate change talk in Cancún. Other countries –specially Spain- are more skeptical. Bolivian press tries to explain why Bolivia was the only country that didn’t support the deal, although admitting that it was totally ignored by international community. In general, good coverage of the meeting.
La cumbre del clima en Cancún ha servido para pulir asperezas, recuperar la confianza en las negociaciones multilaterales, acordar un insuficiente pero nada despreciable fondo verde de 100 mil millones, y acordar un pacto incluyendo a EEUU y China que –si se cumple (no es vinculante)- nos pondrá en una dirección muy positiva. ¿Satisfechos? Eso siempre depende de las expectativas previas con que partíamos. Y por lo que reportábamos antes y durante la cita, en términos relativos podemos sentirnos contentos. No todavía en términos absolutos. Otorguemos un grado de confianza al pacto, pero sin bajar en ningún momento la guardia. Veamos qué opina le prensa latinoamericana empezando, cómo no, por Bolivia. En La Razón, el embajador ante la ONU Pablo Solón explica porqué Bolivia no apoyé el pacto acordado por el resto del mundo: falta de ambición. Bolivia quería limitar la subida de temperaturas a un grado centígrado en lugar de dos (el embajador dice –no sabemos bajo qué evidencias científicas- que la Tª del planeta subirá 4 grados) , acordar una reducción de emisiones del 50%, y crear un tribunal de justicia climática. Nada de esto se consiguió, y “por principios”, la delegación boliviana fue la única que se opuso al pacto. Resultado: la ignoraron. Según una Editorial “Bolivia en Cancún” de la Razón, “Bolivia murió con las botas puestas”, aunque “la Pachamama no ha llevado muy lejos al presidente Morales”. El editorial rechaza la palabra éxito, y cita el titular de El periódico de Cataluña de Antonio Madridejos y Toni Cano: “La cita de Cancún celebra como un éxito un acuerdo de mínimos”. Continuando con Bolivia, La Prensa se muestra más crítica en “Solón explica por qué Bolivia quedó sola y no firmó en Cancún”. La expresión “se quedó sola” se repite al inicio de una completa nota con palabras todavía más extremas del embajador Solón, alerta por futura escasez de agua según Evo Morales, descontento de ONG’s, y unas líneas finales en que califica de fundamental el papel de Brasil y México. Opinión transmite que ”El Fondo Verde de Cancún es sólo maquillaje”, y La Jornada habla de fracaso de Evo Morales en Cancún. Los Tiempos tacha de radical y aislacionista la posición que asumió el país, y recoge las palabras de Evo Morales quejándose de que las potencias no entendieron la posición boliviana, y que seguirían solos en la lucha. Buen resumen este ñultimo enlace.
En algunos países la cobertura es muy diferente. En La Nación (Costa Rica), Pablo Fonseca se muestra casi eufórico en “Cancún devuelve la fe en la lucha contra el cambio climático”, y en “El multilateralismo también ganó en Cancún”. Habla de “nueva era”, de “dejando cortos todos los pronósticos”, y de “fiesta en Cancún”. La costarricense Christina Figueres tuvo un papel destacado, pero nos suena un pelín exagerado el optimismo de Pablo. En México, amplia cobertura de El Universal con notas de Silvia Otero, Thelma Gómez y Jorge Ramos como “Acuerdan crear Fondo Verde por 100 mil mdd”, “Nace era de la tecnología verde”, “Bolivia se quedó solo en la cumbre”, y “Greenpeace reconoce avances en la COP16”. Leyendo sus textos, se percibe optimismo, pero también cierta cautela. En el primer párrafo del primero de los enlaces se lee “pero el acuerdo no define de dónde provendrán los recursos (del fondo verde) ni fija metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y los compromisos de las naciones en vías desarrollo para medidas de mitigación, siguen siendo voluntarios”. Milenio refleja las alabanzas a la gestión de México por medio de Lorena López en “En Cancún se pudo, presume el presidente”; un buen pero quizá demasiado complaciente texto. México gestionó fabulosamente la cumbre, pero quedan grandes retos, y no lo debemos olvidar.
En posiciones intermedias, que son las más interesantes, podemos encontrar títulos agraciados como el de Manuel Asende “Cancún resucita la negociación, no el clima” en Público (España). Destaca el fondo de 100 mil millones de dólares, pero también que “todo queda sin atar hasta dentro de un año en Sudáfrica”. En El País encontramos una muy completa nota del enviado especial Rafael Méndez “Cancún da otra oportunidad al clima”; con contexto, seguimiento de los momentos claves, clasificación de ganadores y perdedores, y buen resumen de los acuerdos alcanzados. Muy objetivo; se entrevé un “mejor de lo que pensábamos”. Con información de agencias, El Mundo titula “La Cumbre de Cancún logra sortear la amenaza del fracaso” y “Se avecina nueva batalla por el clima en Sudáfrica 2011”, calificando de “ligero avance” el pacto de Cancún. Realmente, si Cancún ha sido un paso adelante significativo o una limpieza de cara tras Copenhague, lo veremos en los próximos meses.
El tracker quizá se equivoca; pero tiene una ligera sensación que a los medios del cono sur lo ocurrido en Cancún les importa un poquito menos. Sólo es una percepción. Algunas notas destacadas son el buen titular (discreto contenido) de La Nación (Argentina) “No es un final, sino un nuevo comienzo“, y el texto más amplio de Laura García Oviedo “Logran un sorpresivo acuerdo para frenar el cambio climático” (ehem por lo de “frenar”), que se centra en el deshielo de los glaciares. Más pesimista, el enviado especial de Clarín Gustavo Sierra en “Con incertidumbre, cierra la Cumbre de Cancún”, que también redacta un extenso texto –casi crónica- sobre la rápida velocidad a que se derriten los glaciares argentinos.
Curioso que El Universal (Venezuela) utilice la palabra “éxito” en “Cumbre del clima de Cancún se coronó con éxito”. Al final, la percepción se reduce casi al grado de confianza que depositemos en los que deban gestionar el acuerdo. Lo resume muy bien un editorial de El Comercio (Ecuador): “Cancún: un giro positivo” en que se valora positivamente el cambio de inercia y pacto que incluye a China y EEUU, pero recuerda que “ahora el reto es volver vinculante el acuerdo y encaminar el compromiso de China y EE.UU. para acercarse al Protocolo de Kioto que han sido reticentes a firmares volver vinculante el acuerdo y encaminar el compromiso de China y EE.UU. para acercarse al Protocolo de Kioto que han sido reticentes a firmar”. Les seguiremos de cerca.
– Pere Estupinyà
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