(English intro to Spanish lang post) The South of Spain was thought to be one of the last sites where Neanderthals lived less than 30.000 years ago. It’s quiet accepted that the appearance of modern humans contributed to their extinction. But a new research published in PNAS used improved radiocarbon methods to conclude that Neanderthal fossils from two caves in the south of Spain are 10.000 years older than previous studies found. This would suggest that they didn’t coexist with modern humans in the region, and that theories about their extinction should be reconsidered. It’s an important paper, which challenge the views often expressed by many Spanish paleontologists. We are disappointed to see that only one science reporter in El País asks these paleontologists for an independent opinion about the research. The rest of reporters simply interviewed the one Spanish scientist involved in the research, and published titles too categorical like “Neanderthals and sapiens didn’t coexist in the south of Spain”
Durante años en sus libros y artículos los principales paleontólogos españoles nos han estado explicando que los neandertales habitaron la península ibérica hasta hace 30.000 años, y que posiblemente se extinguieron por la llegada del Homo sapiens, que les fue arrinconando a lugares menos favorables o incluso enfrentándose a ellos. Es la historia que nos han estado contando a partir de sus dataciones, teorías e interpretaciones. Pero ahora un investigador de la UNED asegura que “habría que revisar los libros de Prehistoria”, ya que por lo menos en el sur de la península, neandertales y sapiens nunca llegaron a coincidir.
Su investigación en colaboración en un equipo internacional utilizó una técnica de descontaminación de muestras de fósiles para establecer que los restos de neandertales de un par de yacimientos de Málaga y Guadalajara no tenían 30.000 años como se les había asignado, sino 45.000, y eso implicaba que se extinguieron antes de la llegada del sapiens 5.000 años más tarde.
Si no fuera por la enorme tradición y excelentes paleontólogos que hay en España, esta noticia se podría haber dado como cualquier otra explicando los puntos principales de la investigación. Pero siendo contraria a una teoría tan establecida como la coexistencia de sapiens y humanos, no entendemos como tantos periodistas de ciencia han escrito textos con la frivolidad de no contrastar la investigación con otros paleontólogos independientes. No se trata de dudar del trabajo. El artículo está publicado en PNAS, parece tremendamente sólido, y sin duda las nuevas dataciones serán más precisas. Pero las conclusiones sacadas a partir de dos muestras pueden ser exageradas, y queremos escuchar la opinión de quienes han mantenido la hipótesis de la coexistencia. Es algo que debería ser básico. De hecho, la única periodista que contrasta la noticia es Alicia Rivera “No era el último neandertal” en El País, quien acertadamente subtitula “se reabre la polémica”, escribe un texto con mucho detalle, y consulta a Juan Luís Arsuaga, la principal voz de la paleontología española. Arsuaga dice que si aplicamos la misma técnica de purificación de muestras quizás la llegada de sapiens también cambiará, que falta información, que “me cuesta asumir que los neandertales se extinguieron solos”, y que “yo creo que sin nuestra especie los neandertales se habrían recuperado”. De nuevo, no se trata de criticar el artículo, sino de matizar y discutir las conclusiones en un tema que tiene mucho debate y trabajo paleontológico previo. Casi ningún otro medio lo ha hecho.
En ABC leemos el bonito titular de Judith de Jorge “Los neandertales españoles que nunca conocimos”, seguido de un muy claro primer párrafo sobre la no coexistencia que representan los nuevos datos. El coautor del estudio explica que podrían haber desaparecido debido solamente al frío, y que sin descartar la hibridación en otras áreas de Europa, la herencia neandertal que llevamos los sapiens se debe a “un ancestro común de ambos grupos” (afirmación controvertida). La nota de Judith es muy buena, pero no pide opinión a ningún investigador independiente. Tampoco lo hace Miguel G. Corral “Neandertales y humanos modernos no convivieron en el sur de la península” en El Mundo. Titular demasiado arriesgado, pero muy buen texto también dejando bien claro desde el primer párrafo que sapiens y neandertales sí se hibridaron en algún momento y lugar del pasado evolutivo. Miguel especifica también que en el norte de la península los neandertales sí habitaron hasta hace 23.000 años, y que faltan otros yacimientos por datar. En otro buen texto en La Razón por J. V. Echagüe “Neandertales y Sapiens no convivieron en el sur de la península”, el investigador español muestra su concepto anticuado de especie basado en el no nacimiento de individuos fértiles, pero reconoce claramente que falta ver si los restos de cuevas de Gibraltar son más recientes, y que “lo que por ahora parece posible es que Neandertales y Sapiens sí coincidieran en el norte de Iberia, en la Cornisa Cantábrica, donde existen varios yacimientos en los que se puede probar esa coincidencia temporal”.
Esta última frase contrasta con tantas otras notas que a partir de noticias de agencia exageran todavía más los titulares hablando de toda la península en lugar de sólo el sur como “Neandertales y humanos modernos no convivieron en la Península Ibérica” (La Vanguardia) “El sapiens nunca coexistió con el neandertal en España “ (La Voz de Galicia). Fuera de España, destacar un muy buen trabajo de Jessica Bigio Oosterman “Neandertales y humanos modernos: ¿realmente coexistieron?” en BBC Mundo, quien escribe la gran entradilla “El Homo sapiens y el Neandertal podrían no haberse visto nunca cara a cara en la lucha por la supervivencia, como cree parte de la comunidad científica”, pone el contexto el trabajo dentro de un proyecto más grande, y entrevista a otro coautor del estudio, quien de manera más cauta cree que “no puede ser coincidencia que los neandertales se hayan extinto precisamente a la llegada de los seres humanos tras tantos años de existencia”.
En definitiva, buen trabajo de varios periodistas que han entrevistado con el coautor del estudio, pero incompleto –a excepción de El País- por no añadir la opinión de expertos independientes, que en un estudio de estas características es imprescindible, tanto para matizar o para reafirmar.
Por último, fijarnos también que el título del paper original en PNAS “Radiocarbon dating casts doubt on the late chronology of the Middle to Upper Palaeolithic transition in southern Iberia” habla de “dudas”, no de una no coexistencia tan categórica.
– Pere Estupinyà
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