(English intro to Spanish lang. post) Less than two months before Cancun’s conference on Climate Change, UN climate talks in Tianjin ended up with mutual accusations between China and US regarding emissions reduction. Compared to last year stories leading up to Copenhagen, reporters in Latin America seem to have less to say about CO2 levels, and more about the costs of adaptation. The message seems to be: We agree that mitigation is the key issue, but we are already suffering the effects of the climate change you caused. We don’t believe you are going to solve it soon. Please, start compensating us.
A escasos dos meses de la cumbre del cambio climático en Cancún, y recién finalizada la reunión preparatoria en Tianjin, empezamos a calentar motores para informar sobre la política internacional respecto al cambio climático. ¿se repetirá la pesadilla de Copenhague? ¿tendrán un rol más agresivo los reporteros de los países pobres? Parece que ambas preguntas tienen respuestas afirmativas.
De momento, la reunión internacional de Tianjin ha concluido con una decepción parecida a la que un año atrás se realizó en Barcelona. El País (España) informa por medio de su enviado especial José Reinoso de que China y EEUU se acusan de bloquear el control de emisiones, paralizando así cualquier expectativa de acuerdo. El Mundo y muchos otros medios coinciden. En cuanto a compromiso de reducción de emisiones, aquí nadie de los grandes quiere dar el primer paso serio, y no se vislumbran grandes progresos. Sin embargo, parece que sí se ha avanzado en la creación de un fondo de ayudad económicas para apoyar a loa países pobres. La idea es: “no sabemos cómo salir del embrollo que reconocemos haber cometido, pero por lo menos compensamos a los países que lo están sufriendo sin responsabilidad alguna”. Éste sí es un punto que debe ser tratado en detalle por reporteros de algunos países latinoamericanos. Y ya hay varios que han empezado.
Muy bueno el análisis en El Periódico (Guatemala) de Carlos Rigalt “Los diferentes rostros del cambio climático”. Ácida pieza, que aglutina varias fuentes para solicitar acciones concretas frente a la reincidencia de desastres naturales. La frase final del recomendable texto es: “el cambio climático ha sido provocado por las emisiones que han beneficiado a personas y sociedades ricas y ha perjudicado a las más pobres. Quizás haya llegado el momento de empezar a cobrar”.
Excelente también en La Nación (Costa Rica) el documentadísimo reportaje de Alejandra Vargas “País capta menos del 1% del mercado mundial de carbono”. Informando desde Washington DC, Alejandra explica que Costa Rica está haciendo enormes esfuerzos en protección de bosques, pero como esto no cotiza bien en el mercado de carbono, está recogiendo sólo migajas en compensaciones económicas. Recomendable lectura también para comprender el juego del mercado de carbono, y sobre todo, como gran ejemplo de tratamiento localizado de la problemática del cambio climático. El reto periodístico está realmente en explicar qué está pasando específicamente en nuestro país, tanto a nivel de ciencia, política, protección, y economía alrededor del cambio climático.
Seguiremos con mucha atención lo que se informe desde México. De momento, El Universal (México) explica que el gobierno pretende impulsar un acuerdo global, y presenta en primera página de la edición de hoy un extenso artículo de Liliana Alcántara: “Clima errático revive males desterrados”. Se refiere a las olas de calor, y las epidemias causadas por virus y bacterias que le acompañan. Científicamente no está tan claro que el cambio climático sea el principal responsable del aumento de malaria, dengue, fiebre amarilla o cólera, pero sin duda es un factor a contemplar de cerca y por el que solicitar ayudas de adaptación. Gran texto de nuevo.
Veremos cómo avanza la cobertura en cambio climático en los próximos dos meses, y compararemos con la previa a Copenhague de hace un año. Todo parece indicar que los periodistas ambientales latinoamericanos ofrecerán una información más localizada respecto sus países, y serán más inconformistas en sus notas.
– Pere Estupinyà
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