(English intro to Spanish lang. post) The introduction of transgenic crops in Latin America is one of the most sensitive topics that a science reporter in the region can handle. One might talk about local research versus multinational companies, how GMOs affect the original varieties, specific benefits, or many other angles. But too often we see very simplistic stories that talk about transgenic crops as if they were all the same, and take one side of the story depending on who the reporter is interviewing each time. For example, this week in Mexico we’ve found two opposite stories in different newspapers: the first one explains the benefits of transgenic maize using just one source: an “expert” (whatever this means) from Monsanto. The second one gives voice only to the representatives of Greenpeace, and they give a completely opposite view. Neither provides data or references to studies, just opinions. Related to this, we’ve found another article saying that a group of research centers from Costa Rica, Peru, Colombia and Brazil have just launched a project to evaluate gene transfer and environmental risks of several transgenic crops. A similar story comes from Paraguay, showing that the government is clearly in favor to introduce more GMO from US multinational corporations.
Cualquier periodista que vaya a escribir un artículo sobre transgénicos debe partir de la base que los trnasgénicos no son, por sí solos, ni buenos ni malos. Depende de cada caso y circunstancias. El debate transgénicos sí vs transgénicos no, tan aireado por organizacions a favor y en contra, está pasado de moda. Esto no es como la energía nuclear, en que la tecnología existente y riesgos no dista mucho de unas instalaciones u otras, y se puede aspira a hacer una valoración global. En el caso de los cultivos transgénicos, hay mucha diversidad de alteraciones genéticas que se están barajando, ya sea para intentar aumentar producción, resistencia al agua, biofortificación, evitar pesticidas… cada modificación es diferente, y se debe analizar de manera específica. A nivel económico y social no es lo mismo que un maíz transgénico venga de una multinacional estadounidense que de un centro de investigación local. ¿mejor o peor? Eso dependerá del caso. Tampoco se puede decir que siempre o nunca haya fuga de genes y representen o no una competencia para especies nativas. Dependerá del caso. Y sobre riesgos para la salud, si aparece una situación problemática, pues esa será sobre la que hablaremos.
Decimos esto, porque notamos una extendida tendencia en los medios latinoamericanos a hablar en genérico de los transgénicos. Como si por sí mismos fueran buenos o malos, peligrosos o nocivos para el medioambiente o la salud, o beneficiosos o perjudiciales para los intereses de los agricultores y la sociedad. J—-! Que cada caso es diferente!. Y si queremos hacer buena información, debemos exigir datos y concreción, no limitarnos a ir reproduciendo un día las palabras interesadas de Monsanto, y otro las exageraciones de Greenpeace. Justo eso es lo que hemos visto esta semana en México. Milenio publica la pieza de Gómez, Palacio “Transgénicos, una herramienta para la productividad”, defendiendo los beneficios de los transgénicos con una única fuente: un “especialista” de Monsanto. Aparte de que la palabra “especialista” es muy vaga, esto no puede ser. Es propaganda (y además, un poco demagógica). Pero da igual, posiblemente sus productos serán inofensivos y no afectarán al medio ambiente, pero un país tiene otros motivos por los que favorecer su entrada o no.
El artículo de Milenio decía que servían para aumentar la producción del campo, y éste en El Universal “Temen que maíz transgénico se disemine en México” que la productividad en el maíz aumenta como mucho un despreciable 1,3%. Efectivamente hay estudios mostrando que algunos transgénicos logran evitar pesticidas, o herbicidas, o mejorar las propiedades nutricionales, pero que en cuanto a producción no son tan ventajosos. En este caso no se cita estudio alguno, y se termina con una extraña pirueta diciendo que la productividad depende de 35.000 genes y sólo se modifican 5. Demagogia de nuevo, pero por lo menos este artículo enfoca con datos la situación. También en El Universal Miguel Ángel Sosa escribe que Greenpeace promueve alimentos libres de transgénicos. Buena exposición de argumentos, pero la frase “diversos estudios de laboratorio muestran que el consumo de transgénicos presenta serios riesgos para la salud”, vuelve a ser un claro ejemplo del mal uso del término. Equivalente a decir “las setas provocan la muerte” (o incluso mucho peor, porque dichos estudios no están tan claros).
Estudios serios son los que según La Nación van a hacer en Costa Rica. Nos lo cuenta en una breve nota Irene Rodríguez “País empieza estudios en cultivos transgénicos”. Serán sobre temas medioambientales para ver si afectan a cultivos silvestres, y se realizarán con varios productos en Costa Rica, Perú, Colombia y Brasil. Debido a la complejidad de esta temática, estaría bien informar también de quien ha desarrollado estos productos, y quien financia los estudios. El País de CR publica una sencilla nota anunciando un seminario sobre transgénicos, peor nos llama la atención el buen resumen final de argumentos a favor y en contra.
Muchos datos y nombre concretos de empresas aporta SciDev por medio de Patricia Benítez en “Paraguay inicia cultivo experimental de maíz transgénico”. Averiguamos que el gobierno de Paraguay ya apostó claramente por importar esta tecnología de empresas estadounidenses, y que va a continuar haciéndolo si demuestra seguridad a nivel ambiental. Es una nota informativa, que incluye la réplica de organizaciones ecologistas. Más que correcta, el tema de los transgénicos –debido a la importancia que tiene su extensión por Latinoamérica y la sensibilidad social que despiertan- es una de las áreas del periodismo científico en que debemos mejorar la calidad de nuestra información, e incluso servir para reivindicar la importancia de esta profesión.
– Pere Estupinyà
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