(English intro to Spanish lang post) A study from the University of Granada suggests that it’s possible to identify people’s lies by using thermography to detect changes in the temperature of their nose. Researchers called it “Pinocchio effect” in a press release, and it soon appeared all over the newspapers and TV channels. It became one of the most-read scientific stories of the week. But there’s one problem: the study is not published yet, and nobody has given even the most basic details about the methodology followed by the researchers, or the specific results that they got. The press release from the university only explains that a mental effort makes the temperature of the nose to decrease, that when we are anxious the facial temperature increases, that it’s possible to detect genital arousal with thermography, and that the arms of flamenco dancers get hotter that their butts while they dance. Cool enought, but there’s no single description of the study neither its results. We don’t know how many people participated, what kind of questions they responded, how was the procedure, the percentage of success or if they tested the technique with people lying randomly. The story has been published in all the main Spanish newspapers, but shockingly none reporter cared to explain how the study was conducted, or showed a small degree of skepticism about if it’s so easy to detect all kind of lies just by measuring noses’ temperature. It would be nice to interview the authors of the study in front of their own infrared cameras.
Imaginad que científicos de la Universidad de Granada ponen una cámara de infrarrojos delante de mi cara, me preguntan cuántos años tengo, y respondo “36”. A continuación me preguntan cual es el nombre de mi hermano, y digo “Raul”. En qué ciudad vivo, y contesto “Nueva York”. ¿creéis que serán capaces de detectar cuándo he mentido o dicho la verdad detectando sutiles cambios de temperatura en mi nariz? Puedes apostar a que no. Pero esto es lo que han estado difundiendo todos los medios españoles durante esta semana, junto a muchísimos latinoamericanos, a partir de la nota de prensa de la Universidad de Granada “Efecto Pinocho: cuando una persona miente, cambia la temperatura de la punta de su nariz”.
Es lícito que me preguntes porqué no me lo termino de creer, pero la verdadera pregunta debe ser a los periodistas que han trabajado la nota, sobre porqué ellos sí han sido tan crédulos. Nadie en ABC “Demuestran el efecto Pinocho: la nariz te delata cuando mientes”, ni en El País “Todos tenemos nariz de Pinocho”, ni en El Mundo “Pinocho no miente”, ni en SINC “cuando una persona miente cambia temperatura en punta de la nariz”, ni en TVE “El efecto pinocho existe” ni en Muy Interesante “demostrado el efecto Pinocho”, ni en la Agencia EFE que ha sido quien ha distribuido la nota por infinidad de otros medios españoles y lationamericanos, se ha preocupado de ofrecer un mínimo detalle sobre la metodología de este estudio, que además no está publicado en ninguna revista científica. No sabemos con cuántos participantes se ha realizado, qué tipo de preguntas se hacían, si se pedía mentir adrede o no, en qué condiciones se realizó el estudio, si se buscaban mentiras sofisticadas o facilonas, si debían tardar un poco a responder o el cambio de temperatura era inmediato, qué porcentaje de aciertos consiguieron los investigadores (nos tratan de tontos si creen que pensamos el 100%), qué pasa cuando el sujeto no siente ansiedad alguna al mentir, si los científicos sabían a priori cuándo el voluntario mentía o si realmente lo adivinaban por cambios de temperatura… en verdad no sabemos nada del estudio ni de sus resultados. Sólo nos creemos a ciegas lo que nos han contado los investigadores granadinos. Además, ellos explican que la ansiedad aumenta la temperatura facial, pero que el esfuerzo mental rebaja la temperatura de la nariz, y distribuyen una imagen donde se ve la temperatura de la nariz mucho más elevada que el resto de la cara. Es confuso. Deducimos que la nariz más roja se debe a la ansiedad de mentir, pero no queda claro porqué el resto de la cara está más fría ni cómo encaja el supuesto descenso de temperatura de la nariz por el esfuerzo mental. No está claro, ni desde la misma frase inicial de la nota de prensa: “Cuando una persona miente, se produce un “efecto Pinocho” gracias al cual la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye”.
Puedes decir que me excedo de meticuloso, pero tanto TVE como EFE han enviado periodistas a Granada y se han currado videos sobre el tema, sin aparentemente ocurrírseles preguntar nada de lo anterior. El enfoque que le han dado no es de periodismo de ciencia, sino de chorrada. Los autores del estudio hablan de termografía en excitación sexual (que ya se realiza en infinidad de laboratorios de fisiología de la sexualidad), de la detección de infecciones por termografía (proceso que nada tiene que ver), o que al bailar flamenco se calientan más los brazos que el culo (investigación que contribuye a justificar los recortes en ciencia del gobierno español). Pero en realidad no se ofrece un único dato experimental.
De todas maneras, la crítica no es a los autores del estudio ni a la tesis doctoral de la que forma parte. Sin duda tendrá aspectos muy relevantes y lograrán importantes aplicaciones de la termografía. La queja es al tratamiento que le ha dado EFE y los principales medios españoles. Ninguna de los periódicos o agencias de noticias más importantes de EEUU o UK publicaría una nota así, sin una mínima descripción metodológica o análisi más concreto de los resultados.
Y es que la falta de artículo científico es muy importante en este caso. Cuando nos llega un paper publicado en un revista de referencia sí podemos explicar directamente sus conclusiones, sin que sea tan relevante detallar metodología, pues citando que ha pasado la revisión de pares en principio ya garantizamos una mínima solidez experimental. En teoría alguien ya ha sido escéptico y meticuloso antes. Pero en este caso, ¿qué garantías tenemos de que el estudio esté bien hecho, o de que el investigador no sea un poco Pinocho? De nuevo, no pretendemos insinuar que lo sea, pero sí creemos que el periodista de ciencia debe mantener su escepticismo como hacen en otras áreas. El tema es bueno, atractivo para los lectores, y sin duda puede merecer aparecer en las revistas y secciones de ciencia, pero creemos que con un poco más de detalle. El mensaje que estamos transmitiendo al lector es que las mentiras son fácilmente detectables midiendo la temperatura de la nariz, y no sabemos si en realidad los propios autores estarían de acuerdo en una afirmación tan clara. Quizás les deberíamos preguntar en frente de sus cámaras. A mi realmente me gustaría saber qué pasaría si me realizaran 30 preguntas frente la cámara de infrarojos, yo decidiera aleatoriamente mentir aleatoriamente en algunas y otras no, y ver si efectivamente se registran cambios de temperatura significativos. Apuesto a que no.
En definitiva, felicidades al departamento de comunicación de la universidad de Granada, cuyo objetivo como el del resto de departamentos de comunicación/marketing es publicitar las investigaciones de sus científicos, por ser tan acertados en elegir el “efecto pinocho” y la supuesta detección de mentiras como título y enfoque de la nota, sabiendo que esto sería lo que más repercusión mediática generaría. Lo consiguieron. Seguro que gracias a esta difusión les saldrán más y merecidos proyectos. Pero nos hubiera gustado que algún reportero de ciencia en medio importante hubiera trabajado mejor el tema.
– Pere Estupinyà
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