(English intro to Spanish lang post) A fungal outbreak is devastating coffee plantations in Central America. Hemileia vastatrix is present in the region since late 70’s, but this is the worst situation ever. Governments of Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala and Nicaragua are trying to combat the pest, which could require $300M. Some have declared State of Emergency. “Coffee rust” doesn’t kill the plants, but causes the leaves to fall and radically diminish the coffee production. Losses can be huge. On the scientific angle of the story, researchers are discussing the reasons why this season the outbreak is so extremely severe, and what’s the best strategy to handle it. Since the fungus is very sensitive to changes in temperature and rain patterns, many people point out at climate change. Others say that fumigation and protective measures have been less strict in the last few years. Some experts are discussing the need to change the current coffee plants for varieties that are resistant to the fungus. We’ve reviewed the stories of the last weeks in Central American press. We’ve read many good articles about the socioeconomic aspects of the coffee rust, but a few that incorporate solid scientific data about the fungus, or about the evidences of climate change implication.
La roya del cafeto es una enfermedad causada por el hongo Hemileia vastatrix que infecta las hojas de algunas especies de plantas del café, fuerza su caída prematura, no mata la planta, pero disminuye enormemente la producción. Apareció a principios de los años 80 en Centroamérica, ha estado relativamente bajo control gracias al uso de productos fitosanitarios, pero en la campaña actual está haciendo estragos, hasta el punto que gobiernos costarricense, hondureño, salvadoreño, nicaragüense y guatemaleteco han declarado -o están planteando hacerlo- situación de emergencia.
La prensa de Centroamérica está ofreciendo gran cantidad de información sobre la plaga, y las pérdidas que está ocasionando. Leemos muchas declaraciones de gobernantes y miembros de la industria cafetera, pero creemos que es una buena ocasión para mostrar el valor de la información aportada por investigadores. Las preguntas que le pedimos a los expertos que respondan son: ¿Por qué este año la roya es muchísimo más severa? ¿Cuál es la mayor manera de actuar? ¿se podría haber evitado? ¿tanta ciencia y no lo pudisteis prever o resulta que ya avisasteis y no os hicieron caso? Revisando algunas notas vemos cierta discrepancia. Sobre la primera pregunta algunos citan el cambio climático mientras que otros dicen que el control de los últimos años provocó relajamiento de los tratamientos funguicidas. Respecto la segunda se está planteando sustituir las especies por otras de más resistentes. Es una gran decisión, que en parte depende de la respuesta a la primera pregunta. Veamos algunas notas.
BBC-Mundo – Jessica Biggio "La roya: El despiadado enemigo del café que ataca centroamérica". Muy buena nota para tener una visión global de la situación. Habla de la declaración de estado de emergencia fitosanitario por Guatemala y Costa Rica, y hace una referencia muy interesante al caso de Colombia, donde la roya tuvo su momento más devastador entre 2008 y 2010, y la opción tomada fue sustituir las especies susceptibles por resistentes. Los expertos colombianos aseguran que la calidad no se ve mermada, y que a pesar de el desembolso económico inicial que supone, es la mejor decisión a medio y largo plazo. La nota de Jessica está muy bien, pero hay una sentencia demasiado arriesgada: “El cambio climático, que dio origen a unas condiciones meteorológicas especialmente propicias para la difusión de la plaga, es el principal responsable”. Esto no está tan claro. Es cierto que la roya requiere humedad y calor, pero podríamos estar frente a uno de tantos ejemplos donde acusamos al cambio climático de cualquier evento puntual. De hecho en el propio texto un experto dice: "Influyó la falta de recursos, que le impidió a los productores tomar las medidas preventivas necesarias". Jessica publicó "El cafe arábigo en riesgo de extinción" hace un par de meses (título demasiado sensacionalista), y también en BBC mundo leímos un gran texto de Arturo Wallace "El café intenta adaptarse al cambio climático", sobre cómo afectan nuevos patrones de temperaturas y lluvias a producción y enfermedades. Sin duda el cambio climático es un factor involucrado, y está muy bien que los reporteros de BBC Mundo profundicen en él, pero no está claro que sea el principal responsable. El propio A. Wallace en "La enfermedad holandesa afecta al café colombiano" habla de cómo afectan factores como explotaciones mineras y condicionantes económicos.
En la prensa centroamericana, no hemos encontrado ninguna nota amplia o reportaje que aborde el tema de una manera global y priorice el contenido científico, pero sí abundantes notas que siguen a diario la evolución de la plaga. En ellas se ve claramente que los periodistas dominan muy bien la situación, sobre todo desde un punto de vista socioeconómico, pero quizá nos hubiera gustado escuchar más voces de expertos e investigadores locales. Algunos de los medios que están aportando buena información son:
La Prensa (Nicaragua) "roya imparable" (Análisis en profundidad de la situación de Nicaragua que incluye crítica al gobierno por falta de previsión, demandas del sector, y medidas paliativas a adoptar) o “Piden renovar 100% de cafetales”, sobre la polémica decisión de importar semillas.
El Nuevo Diario (Nicaragua) "Pequeños cafetaleros que lo pierden todo". Texto en clave más económica, con un genial gráfico sobre “cuánto cuesta producir un quintal de café”. O “campanazo hacia nueva cultura productiva”, donde se pide cambiar de plantas para mejorar rendimiento. De momento, la medida de choque es una intensa campaña fitosanitaria.
Prensa Libre ofrece una muy amplia cobertura, donde quizás destaca una nota a dos páginas impresas de Byron Dardón “Roya daña parque cafetero”, quien participa también en una entrevista a expertos.
Desde Honduras, el gerente del instituto del café explica a Proceso digital que factores climáticos y malas prácticas complicaron la plaga, pero sin dar detalles de porqué. Y La Prensa (Honduras) que combatir el hongo costará 300 millones de dólares a Centroamérica.
En un artículo de opinión en La Nación (Costa Rica) el exdidector del INTA Bernardo Mora dice que “La Roya: un problema con solución”, que pasa por aprovechar el conocimiento tecnológico y “capacitémonos en desarrollar mejores estrategias de manejo de la enfermedad y así tener una caficultura bien atendida”
Prensa Latina ofrece un detalladísimo resumen cargado de datos de Rolando de la Ribera "Roya pone en peligro producción cafetalera hondureña".
Enmarca en el contexto económico del sector, habla de las presiones por los precios internacionales, de las medidas preventivas que se pueden aplicar, y repasa los efectos en los diferentes países de la zona.
Muy buen texto también de Eddy Coronado “La roya es un mal que todavía no tiene cura” en Siglo21 (Guatemala), buscado las opiniones de expertos.
Resulta imposible revisar todas las notas, y seguro que nos olvidamos muchas de importantes. En estos momentos la emergencia hace que lo más noticiable sean las medidas de urgencia a tomar. Pero sí reivindicamos que es un tema idóneo para buscar voces de investigadores locales y crear notas de contenido científico sobre el hongo. Seguro que muchos biólogos nos pueden ilustrar sobre por qué unas especies son más sensibles que otras, cómo afecta la humedad a desarrollo del parásito, cómo los fitosanitarios logran interferir en su metabolismo para destruirlo, en qué sentido el cambio climático está afectando, cual es el ciclo de vida de este hongo, o qué han estado haciendo los científicos locales durante los últimos 30 años, y por qué no han previsto esta situación. Y si lo hicieron, quien es el responsable de no haberles hecho caso. Con una toma de decisiones basada en datos científicos, sin duda la situación actual se podría haber evitado, o por lo menos minimizado. Este es un ángulo interesante para los periodistas de ciencia.
– Pere Estupinyà
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