(English intro to Spanish lang post) Bolivia owns the world’s largest reservoir of Lithium, followed by Chile and Argentina. Lithium has been in the region’s news for the last two weeks. In Argentina, a researcher assured La Nación that they will be producing lithium batteries at home soon. Chile’s government fears failure to take advantage of what should be a natural advantage in the business, and will auction mining contracts to private companies in order to boost its production and refinement of lithium. In Bolivia, the news is that a pilot project launched in 2008 to produce lithium by 2009 has no result. Some stories blame the lack of native scientific expertise for inability to exploit their reserves fully, and complain that Bolivia is falling behind in industrial use of this mineral sure to become even more valuable. On everybody’s minds is that selling raw lithium can make big money, but the key to real economic development is at-home production of lithium batteries and other products. For that, these nations need to invest in scientific research.
Ya hace un tiempo planteamos el caso del litio en Bolivia como un ejemplo de la importancia de la ciencia y la tecnología como motor económico.
Bolivia es el país con mayores reservas de litio del mundo. Argentina y Chile le siguen. El litio es un material clave para el desarrollo de baterías eléctricas y puede convertirse en un recurso de enorme valor. Pero decidme una cosa: ¿Qué sociedad obtendrá mayores beneficios y un desarrollo más sólido: quien extraiga el litio o quien produzca las baterías gracias a desarrollo industrial y mano de obra calificada? Podéis apostar que la segunda. ¿Puede Bolivia conseguir ambas? Claro que sí, pero para esto hace falta invertir primero en investigación científica. Conceder permisos a empresas extranjeras para que exploten el litio es un sinsentido. Eso el gobierno boliviano lo sabe desde hace tiempo y no lo va a permitir. Por eso en abril de 2008 propuso un plan piloto que debía en noviembre de 2009 estar produciendo toneladas de carbonato de litio en Potosí. Según leímos hace unas semanas en La Razón por medio de J. C. Zulueta, “los plazos del proyecto de litio se han incumplido”. El próximo mayo quizás veremos resultados positivos, pero con un retraso que preocupa. Sobre todo porque en Argentina sí están avanzando. En La Nación, un muy buen texto-entrevista de Ariel Torres “Baterías de litio hechas en Argentina” expone perfectamente la iniciativa impulsada por un investigador local: reunirse son el gobierno para hacerles saber el enorme potencial que tiene el país, hacer investigación básica para extraer, purificar y crear pasta de litio (el investigador afirma “A más tardar en tres años estaremos extrayendo y purificando nuestro propio litio”), y paralelamente intentar desarrollar la tecnología para generar baterías de litio. Recomendable el texto de Ariel.
Mientras, en Bolivia, en el área económica de El Diario encontramos el siguiente titular de Humberto Vacaflor: “Litio: Argentina se adelanta”. Una referencia explícita al retraso que lleva Bolivia con frases como “qué envidia!” y “lo de argentina es algo que se debe imitar”. Muy buen texto. Hace unos días en El Diario “industrialización del litio iniciará en 2015” se asumía el retraso de varios años, pero no se incidía en las explicaciones a esta demora. Scidev es más contundente: “Bolivia: falta de pericia retrasa explotación de litio” (Cristina Pabón). Cristina dice que los retrasos se atribuyen a la falta de experiencia científica en el país. En el artículo, un analista culpa a las Universidades de no haber reaccionado más rápido, y sentencia que “Bolivia carece de las condiciones científicas y tecnológicas necesarias para industrializar la producción de litio”.
Volvemos a El Diario porque Jorge Espinoza en “Concentración del litio por evaporación solar” aborda aspectos sobre la extracción, explicando al lector que el litio se puede concentrar por evaporación o con membranas. Celebramos el enfoque técnico. Explica que en el caso del salar chileno de Atacama la evaporación es factible y tiene la ventaja de ser más económica, pero que en el salar boliviano de Uyuni puede sufrir demoras por lluvias y se debe analizar bien cual es la opción más conveniente.
Por otro lado, en Chile se encuentran con otro debate entorno al litio. Como explica el editorial de La Tercera “Políticas insuficientes para el desarrollo del litio en Chile”, el gobierno ha licitado contratos a empresas privadas para favorecer la explotación de este recurso. El miedo es que la ley que lo trataba como un recurso estratégico e impedía licitaciones provoque pérdida de competitividad internacional. Aquí hay posiciones no científicas contrapuestas, entre quienes consideran que el estado debería tener el control y los que prefieren la mayor eficiencia del sector privado. No entramos en ello. Lo que La Tercera plantea es que la legislación actual todavía genera freno al desarrollo industrial de este recurso. Veremos quien, si en un futuro las pilas de litio son una realidad que se extiende de manera masiva, quien desarrollará una nueva industria y quien se estará lamentando de no haber invertido en ciencia y tecnología antes.
– Pere Estupinyà
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