(English intro to Spanish lang. post) El Pais takes a critical look at private industry funding and at conflicts of interest in oncology research. One wouldn’t say that the data presented are completely unexpected, or that the “bias” introduced by industry funding is unusual, but the story goes into depth by talking to several actors involved. They seem, for all that, to think “it’s not so bad…”
De 1534 investigaciones sobre cáncer publicadas en revistas científicas de alto impacto, el 29% tenían conflictos de interés con la industria farmacéutica. En el 17% de casos las empresas habían financiado trabajos, y el 12% tenían autoría compartida con empleados de las farmacéuticas. Esto es lo que establecía el pasado Mayo un estudio de la revista Cáncer, y refleja hoy El País en un muy buen reportaje de Hugo Cerdá: Demasiados conflictos de interés en investigaciones sobre cáncer.
Se hace difícil valorar si este 29% es “demasiado” o no. Como declara uno de los expertos entrevistados por Hugo: “El problema no está en declarar los conflictos de intereses o en que haya investigación financiada por la industria privada, sino en si esto produce efectos negativos”. Según el artículo, sí los hay. Uno de ellos es que los ensayos sobre cáncer financiados por farmacéuticas tenían más probabilidades de presentar resultados positivos de supervivencia, y otro que se dirigían más a la búsqueda de tratamientos que a la prevención. Algo, que por otra parte parece absolutamente lógico.
El texto de El País empieza crítico, con un titular agresivo y un pie de foto hiriente: “Los estudios pagados con dinero privado raramente son para prevenir enfermedades”, pero a medida que avanza e incorpora opiniones de hasta 4 expertos entrevistados por Hugo, se suaviza con expresiones como “la cifra del 29% no es de escándalo”, o “los expertos consultados dudan de que los conflictos de interés puedan estar condicionando los resultados de los ensayos”.
El asunto es complejo, y tan difícil de abordar como necesario. No solemos ver reportajes periodísticos que analicen de manera crítica los entresijos del mundo de la ciencia. Este es un muy buen ejemplo.
– Pere Estupinyà
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