(English intro to Spanish lang post) An excellent long story in Muy Interesante México reviews 10 of the most important scientific projects and research areas in Latin America. The story features the astronomical observatory in Chile, paleontological sites in Argentina, particle accelerators in Brazil, ecological stations in the tropics, biotechnology developments in Mexico, Cuba, Argentina, Uruguay and several other countries, a plasma engine in Costa Rica, seismology in Peru, scientific stations in Antarctica… The 7-pages story explains some more examples in detail, but also provides a great context of the past, present and future of latin american science. It mentions the contempt suffered from EEUU and Europe, the paralysis that military dictatorships caused in many countries several decades ago, the reasons and cost of brain drain (especially in Mexico), the need of a better scientific dissemination… but it also shows the clear signs of improvement and the optimism that the region has towards the future.
América Latina no es homogénea, pero cierto que en materia de ciencia hay problemáticas comunes (ej. financiación limitada, poca difusión en medios, pobre vinculación con la empresa, falta de tradición, situación respecto grandes productores de conocimiento científico, idioma…) y gran espacio para la colaboración. El término “ciencia latina” sí tiene sentido, como queda de manifiesto al leer este muy buen reportaje de 7 páginas en Muy Interesante (México) de Federico Kukso “Ciencia Latina”, subtitulado “el despegue de la ciencia latinoamericana.
El principal elemento del reportaje de Kukso son los despieces detallados sobre los 10 proyectos científicos o áreas de investigación más emblemáticos de la región, y que representan este progreso tangible y futuro optimista de la ciencia latinoamericana. Está genial, y a continuación los revisarmos. Pero lo que más nos ha gustado es el propio texto del reportaje, en el que de manera muy concisa Federico marca puntos clave en el contexto histórico, presente y futuro de la ciencia latina.
Empieza con la anécdota de un paleontólogo argentino que a finales del siglo XIX propone que el hominido más antiguo antecesor del sapiens apareció en el continente americano. Ahora sabemos que fue un error, pero la historia delata que su propuesta no sólo fue criticada, sino objeto de burla y ninguneada por el establisment científico anglosajón. Kukso se sirve de esta anécdota para ilustrar algo que no solemos decir con suficiente claridad: “la actividad científica al sur del río Colorado está subvalorada”. No es tomada en serio por EEUU y Europa, y en ocasiones ni por los propios países y gobernantes de la región. Y es un error. Porque si bien resulta obvio que no va a poder competir en igualdad de condiciones, la contribución de la ciencia a nivel local es ya de por sí beneficiosa, existen áreas estratégicas y condiciones en las que se puede tener un nivel realmente alto (las 10 que aparecen en el report son buenos ejemplos), y el dato ofrecido en el texto “entre 2003 y 2011 América Latina fue la tercera región después de Asia y Oriente Medio que más aumentó su presencia en revistas de ciencia”, invita al optimismo.
Pero el texto continúa analizando los factores históricos de este retraso en ciencia. Y además de la típica falta de financiación, Kukso cita los parones sufridos por las diferentes dictaduras militares en Brasil (1965-85), Chile (73-90), Perú (68-80)… citando como ejemplo la destrucción en 1966 en Argentina de la primera computadora diseñada para propósitos científicos, que representaba el gran proyecto de la nación.
Al analizar la fuga de cerebros el texto explica que México es el cuarto exportador mundial de cerebros, y que la educación de los mexicanos con alto nivel de estudio que emigraron en los últimos 15 años a EEUU costó 81.000 millones de dólares. Esto es un lastre, pero también se aprecia un cambio por las redes de colaboración que se empiezan a establecer, el creciente interés de la sociedad y gobiernos, y el gran interés internacional en áreas como por ejemplo la biodiversidad. A los habituales obstáculos de baja inversión y pobre calidad universitaria, Kukso le suma la fuerte presencia de la iglesia y la indiferencia mediática como “deudas que América Latina debe superar para aspirar a convertirse en potencia científica como EEUU, China o Alemania”. Quizás compararse a estos gigantes y pretender alcanzarlos no es un objetivo muy realista, pero de nuevo, observando las 10 áreas que se describen en el report, hay motivos para el optimismo. Algunas son:
– Observatorio ALMA (Chile). El principal “ojo del cielo de América Latina”, que está acompañado por lugares de grandes condiciones para la astronomía en Brasil, México, Colombia o Puerto Rico
– Sincotrón de Campinas (Brasil). En unos años puede dar paso al “proyecto Sirius”, que se convertiría en el proyecto científico más grande de América Latina
– Organización para Estudios Tropicales (Costa Rica). EEUU o Europa no pueden estudiar la ecología tropical, por eso envían sus investigadores a esas valiosísimas estaciones científicas que deberían generar un enorme valor a sus países.
– Ciencia Antártica (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Perú). Estos países cuentan desde hace años con bases para investigar este ecosistema tan importante para el planeta, y cuyos habitantes microbianos tantas sorpresas y beneficios pueden darnos.
– Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (Cuba). La isla cuenta con más de 1200 patentes, y ha conseguido un muy meritorio desarrollo biotecnológico
– Ischigualasto (Argentina). “La cuna mundial de los dinosaurios”. La paleontología es otro de las grandes áreas científicas del sur del continente, especialmente Argentina.
Y varias investigaciones más, como el motor de plasma en Costa Rica, los estudios sismológicos en Perú, clonación en Uruguay, satélites en Venezuela y Ecuador, o la ingeniería del canal de Panamá… en un muy buen texto de Federico Kukso, de precisa redacción y contenido, que más que analizado he fusilado. Merece la pena.
– Pere Estupinyà
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