(English intro to Spanish lang post) This Knight Tracker participated last Thu and Fri in the 7th Ibero-American conference of science journalism in Ecuador. With more than 400 attendees and excellent dialogs, the event was a great success. But the tracker felt that apart from words, more action is needed. Many students of journalism came to the tracker with sincere interest in science communication. We need to build specific capacitation and opportunities for them and for journalists working already in the media. Especially now that Ecuadorian government is increasing its investment in science and building Yachay City of Knowledge; an ambitious project aimed to promote scientific research and innovation and to create a knowledge-based economy in Ecuador.
El pasado jueves y viernes participé en el VII seminario iberoamericano de periodismo científico que se celebró en la Universidad Técnica Particular de Loja (utpl), en Ecuador. Comentaré algunas reflexiones, empezando por una sensación que tengo cada vez que participo en un encuentro de estas características: “mucho interés, poca acción”.
Y no lo digo como crítica. Resalto que en esta ocasión, el interés mostrado por los participantes (entre ellos un buen número de estudiantes de comunicación) me ha parecido enorme. De verdad me impresionó, y me fui con la sensación de que además de repetir los consabidos retos y oportunidades de la comunicación científica, la acción estaba cerca. Algunos estudiantes de comunicación vinieron a hablar conmigo y me mostraron una clara vocación a la com. científica. Es el momento de construir herramientas, diseñar planes y estrategias, e invertir recursos en ir un paso más allá y facilitar oportunidades a estos estudiantes motivados para que avancen en el camino del periodismo científico. Muchos se irán desviando, pero a la que queden unos pocos, habremos completado el objetivo.
Y digo completado, porque el objetivo del seminario a sido sobradamente cumplido. Con 400 inscritos, muy alta asistencia, una temática global de “altas montañas” que resultó un verdadero temazo, la deslocalización de Quito, los interesantísimos ponentes y diálogos, y sobre todo, el indudable interés generado, la valoración global del seminario debe ser calificada de excelente. Pero debemos dar un paso más allá. Lo que verdaderamente necesitamos son comunicadores científicos, no científicos comunicadores.
No insinúo quitar responsabilidad comunicadora a los científicos. Ni mucho menos. Pero recurrir sólo a ellos es ir a lo fácil. Como primer paso en una estrategia de com científica está bien, pero el reto de verdad es profesionalizar a comunicadores. Sacar a nuestros investigadores en teles y radios sí. Pedirles que sean amigables y proactivos con los medios, desde luego. Obligado incluso. Pero solicitarles por ejemplo que escriban, o seleccionen temas, quizás no tanto. Salvo en contadas excepciones de investigadores que son verdaderos genios de la comunicación, y a los cuales debemos sacar el mayor partido posible, eso debe ser trabajo de un profesional. Sé que estoy diciendo obviedades para muchos lectores de este tracker. Pero me dio la sensación de que en Ecuador y posiblemente otros países, el discurso de la comunicación científica como algo profesional no está suficientemente presente. Además de grandes eventos, hace falta una capacitación específica y más selectiva a los ya comunicadores. A veces “menos es más”, también en cantidad vs calidad de información.
En la utpl me mostraron por ejemplo el ejemplar de 2012 de su Revista Perspectivas. Es un ejemplar muy bien editado e ilustrado, que refleja un gran esfuerzo, y que recoge los artículos que la universidad distribuye con el diario El Comercio, lo cual está genial. Pero –y disculpad por la expresión- la mayoría de textos tienen un tufillo académico que ahuyenta a los lectores. Repito: la revista está francamente bien, y artículos como la aplicación en el arte de fibras naturales o varios sobre el aprovechamiento del bioconocimiento son muy interesantes. Pero los hay otros más densos que hablan de la “geometría del equilibrio de centro F en hematita”, y en general los textos no parecen cumplir algo que apareció en las conclusiones leídas del seminario: ”además del rigor, la sorpresa, la narrativa y el humor, debemos incorporar la emoción a la comunicación de la ciencia”. Siempre hablamos de romper con el formalismo para acercarnos al lector, pero puestos a trabajar, en mi opinión pocos tienen agallas de hacerlo. Entre otras cosas, porque la mayoría de científicos no están entrenados para ello. Este no es su trabajo, sí el de comunicadores profesionales. Una propuesta que lanzo es que en revistas como Perspectivas escriban también estudiantes de comunicación y personal del gabinete, probando nuevos formatos y estilos de redacción e ilustración. A medio plazo es positivo. Innovar no es sólo para la ciencia.
Y es que en el seminario vi entre los comunicadores un excesivo miedo a la ciencia. Sí; quizás era sólo respeto, pero a mi me pareció miedo. Miedo a que sea difícil y a que no venda. Debemos quitarnos estos complejos. Obvio que la ciencia es más compleja y vende menos que el fútbol, pero interesa más de lo que asumimos y en realidad no resulta tan difícil. Sólo se debe estudiar un poco. Sí; estudiar. Cuando algunos estudiantes de comunicación me pedían consejos para acercarse a la ciencia el primero es: “leed ciencia”. No me refiero a ciencia formal, pero sí revistas, libros, blogs… que “rasquen donde no les pique”, y pronto empezarán a familiarizarse con el lenguaje, a encontrar las temáticas que más les interesen (biodiversidad, energía, salud, tecnología…) y se prepararán para un futuro lleno de oportunidades.
De verdad lo creo. Asumimos que la divulgación está bien pero que lo prioritario de verdad es invertir en ciencia, y Ecuador no es un país puntero en investigación. Pero sí está apostando. Vemos el programa Prometeus de captación de doctores para las universidades públicas, fomento de que sus investigadores más valorados completen formación en extranjero, y sobre todo el ambicionísimo proyecto ya en marcha de la Ciudad del Conocimiento Yachay. La iniciativa del gobierno es espectacular. Tanto, que parte de los recelos son sobre si Ecuador podrá “llenar” esta ciudad del conocimiento con suficientes investigadores, y si no se quedará en un espacio infrautilizado. Ojalá no sea así y se convierta realmente en un proyecto revolucionario de referencia en América Latina. Quien sabe, quizás no llega a tanto, pero en todo caso, la apuesta del presidente Correa por la ciencia parece muy clara y contundente. Eso es positivo para el país, y sin duda requerirá periodistas científicos capacitados que puedan transmitir la ciencia a la sociedad, no sólo a través de comunicados oficiales sino también con espíritu divulgativo, educativo, y crítico. El periodista que se especialice en ciencia tendrá un abundante y satisfactorio trabajo.
E insisto en un mensaje repetido en este tracker: temas no faltan. Reunido 20 minutos con el Director General de Investigación de la UTPL, salieron 3 o 4 investigaciones que permiten elaborar historias fabulosas, algunas de ellas que tendrían interés en medios internacionales. Desde toda la narrativa de los aceites extraídos de plantas en una región pobre que se están vendiendo en Brasil a temas controvertidos y muy periodísticos como el colonialismo científico. Dejémonos de complejos, diseñemos estrategias, asignemos recursos, hagamos un plan de trabajo, promovamos espacios en medios viejos y nuevos, y generemos profesionales de la comunicación científica, dentro y fuera de las universidades. La semilla está sólidamente plantada y regada con el VII seminario iberoamericano de periodismo científico. Abonémosla hasta que de fruto.
– Pere Estupinyà
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