(English intro to Spanish lang post) Researchers who found extremophile microorganisms under the Atacama Desert say they could inform the search for life on Mars. It was published yesterday. This is no longer newsworthy. We’ve heard about the same approach over an over. In fact we found an identical title from one year ago. It would be big news if researchers find a spot on Earth with no microorganisms at all. Or it will be relevant when they characterize the bacterial structure and metabolism and understand how they survive without neither light nor oxygen and not even the humidity retained by certain minerals. The stories that cover the “discovery” are simple: they say there are bacteria under Atacama Desert (we already knew that), that the conditions could be similar to some areas on Mars (we’ve heard that too), and that the detector used could be used in Mars exploratory missions (more details on this would have been appreciated). There is no context in the stories. Why did researchers pick that area? What’s earlier research led up to it? Didn’t they expect not to find bacterial life? Any guesses about metabolism? What will the next steps be? In what sense conditions are so similar to Mars? Are they indeed? To say “scientists found bacterial life under Atacama Desert” is nothing new. It could become a great report. But that would take more information and a fresh angle.
Hay temas que se van agotando. Que con el paso del tiempo pierden el atractivo que les confería la novedad inicial. Uno de ellos es el estudio de microorganismos extremófilos aquí en la Tierra que nos puede servir para buscar vida en Marte. Es un tema muy trillado, y cuyo enfoque a nivel periodístico no se ha renovado en los últimos años (quizás tampoco tanto a nivel científico; esto es lo que ). Decir “se han encontrado bacterias capaces de vivir en condiciones X” ya no genera sorpresa entre el lector. De hecho, la gran noticia sería descubrir un lugar sobre la Tierra donde no haya microorganismos. O le encontramos un enfoque nuevo para presentarlo, o suena a repetir siempre la misma cantinela. Y eso, sin meternos en el análisis crítico de si realmente las condiciones de Rio Tinto, Atacama o Yellowstone pueden de verdad informarnos tanto sobre la posible vida presente o pasada en Marte, más allá de constatar que hay vida bacteriana en los ambientes más inhóspitos que podamos sospechar.
Fíjate en el título de esta nota de hace un año en SINC “Los microorganismos del desierto de Atacama ayudan a buscar vida en Marte”, y esta de Francisco Rodríguez ayer en La Tercera “Hallan bacterias bajo desierto de Atacama que alientan opción de encontrar vida en Marte”. Las estamos presentando como dos informaciones idénticas (y no lo son). Y podríamos encontrar muchos más ejemplos. Le estamos transmitiendo al lector algo que –además de rebuscado científicamente– ya ha oído varias veces.
Tenemos la opción de intentar buscar atractivo por medio de la frivolización del titular como hace Manuel Nieves en ABC ”¿un oasis de vida bajo el desierto de Marte?” (¿qué necesidad hay de inducir la confusión en el lector?), pero lo más inteligente sería intentar resaltar el verdadero meollo de la investigación.
El bottom line es: De verdad; ¿resulta tan noticiable que a dos metros bajo el desierto en minerales que atrapan agua sobrevivan bacterias? En cierta manera sí, y tanto el proceso de detectarla como entender sus características y metabolismo tiene enorme interés científico. Pero descubrirla… lo que realmente sería noticiable es encontrar unas condiciones naturales donde de manera insospechada no sobreviviera ni un único microorganismo.
De nuevo. El valor científico no está en descubrir vida en el desierto de Atacama. Sino en comprenderla. O en otros aspectos previos que sí reflejan las notas bien al final del texto: que el instrumento utilizado para detectar hasta 450 anticuerpos de bacterias, o pequeños rastros de azúcares o ADN podría ser extrapolado a misiones a Marte. Quizás describir cómo se encontraron los organismos en Atacama, porqué eligieron un sitio en lugar de otro, qué esperaban encontrar, cual serán los siguientes pasos… y todo lo que construiría una historia bonita, daría mucho más juego e interés al lector que un titular consabido y unos párrafos que nos parece haberlos leído ya años atrás.
– Pere Estupinyà
Leave a Reply