(English intro to Spanish lang post) An FAO report this week said that satellite data reveal deforestation globally is 30% less than expected. At the same time, the rate in South America is high. Four of the 5 million hectares deforested each year are from South America. Many newspapers covered this news. In Colombia the Ministry of Environment adds more data saying that 10% of the national forests there have disappeared in the last 20 years. Whikle deforestation is slowing down in the country, it is still and “atrocity”, minister said. In Paraguay, a newspaper called ÚltimaHora publishes pictures of a national park being destroyed by illegal wood dealers, local farmers, and indigenous people. An online story after the main article says that government is going to pursue those responsible. And a great story in Mexican ¿Cómo Ves? about the most important mangrove area in northern pacific says it isendangered by the possible construction of an hydroelectric facility and a huge tourist complexnear the potential dam site. The five-page story many angles including impacts in biodiversity, importance of the mangroves ecosystems, perspectives of environmental groups and promoters of the complex, and the CO2 that the ecosystem retains.
De las 5 millones de hectáreas de bosque que se deforestan al año, 4 se encuentran en Sudamérica, según un informe de la FAO que presenta BBC Mundo “Sudamérica, la peor en deforestación a nivel mundial”. El informe está elaborado con mediciones de satélites, a diferencia de los informes previos que recurrían a datos aportados por los países. La sorpresa es que el ritmo de deforestación a nivel mundial es un 31% menor de lo que se esperaba. Sin embargo, las cifras en Sudamérica se mantienen preocupantes: mientras en África se deforesta menos de lo que se creía, y países como China, Corea, Vietnam o India recuperan por repoblación de bosque, la deforestación a gran escala para ganadería o agricultura en Brasil, Colombia, Argentina o Paraguay sigue –aunque a un ritmo cada vez menor- incrementándose.
En Colombia precisamente, esta semana El Espectador anunció que “238.000 hectáreas se pierden al año”. Esto es –nada más ni nada menos- que la desaparición del 10% de los bosques colombianos en los últimos 20 años. Son cifras ofrecidas por el ministerio, que de nuevo tienen un aspecto “positivo”: el ritmo de deforestación se está frenando, ya que entre 2000 y 2005 se perdían 315.000 hectáreas/año. Continúa siendo “una salvajada”, en palabras del ministerio de medio ambiente. Si no se detiene la deforestación Colombia podría convertirse en un serio contaminador de emisiones. También cubrió la noticia Semana en “Cada día se deforestan en Colombia 652 hectáreas”, añadiendo una serie de compromisos del Ministerio de Medioambiente que van desde buscar alternativas sostenibles a controlar madera ilegal.
Y si vamos a Paraguay, allí vemos un caso crítico. Última Hora presenta el buen reportaje de Óscar Bogado “Aumentan tala y destrucción en la reserva San Rafael”. Con fotografías aéreas que dejan ver la destrucción del área, la asociación que lo denuncia acusa a traficantes de rollos, pero también a campesinos locales e indígenas. En una nota online posterior, ÚltimaHora informa que la fiscalía tomará medidas y sancionará a los responsables.
Pero para destacar un reportaje como excelente, el que presenta la revista mexicana ¿Cómo ves? Firmado por Guillermo Cárdenas “Tesoro ecológico en riesgo: Los manglares de Marismas Nacionales” (pdf). Guillermo entrevista una gran cantidad de fuentes para abordar los dos problemas que amenazan a la zona de manglares más importante del Pacífico Norte: la posible construcción de una presa hidroeléctrica que frenaría el aporte de recursos hídricos, y la ya aprobada construcción de un centro turístico de tamaño superior a el área ocupada por Cancún. El artículo habla de la biodiversidad que se vería afectada, pero también de que los manglares son los ecosistemas que más CO2 acumulan en el subsuelo, y su destrucción implicaría un gran aumento de las emisiones. También entra en detalle en los servicios ambientales que suministra como control de la erosión, barrera frente a huracanes, protección de pesquerías o suministro de agua. Así como beneficios económicos. La información proviene inicialmente de varios estudios alertando de la situación, con declaraciones de los autores, y réplicas diciendo que el complejo turístico no tendrá efectos tan negativos. Muy buen y extenso trabajo.
– Pere Estupinyà
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