(English intro to Spanish lang post) I’ll take these last 2 weeks of the tracker to summarize a few ideas about the state of the science journalism in Latin America and Spain, that I’ve been reflecting on during the last 5 years since I started “el rastreador científico en español”. It’s been a privilege, as I’ll state in my last post.
First of these conclusions is that science journalism got cleary better in Latin America during the last 5 years. It improved in quantity, but specially in quality. And there’s a clear reason for that: now there are more and better science journalists in the region. This improvement hasn’t been uniform though. There’ve been very positive changes in countries like Chile or Colombia, and not so obvious in Argentina or Mexico, while some places in central america are still stuck with a negligible presence of science in the media. I’m reviewing and providing examples from nearly all the countries in this post.
The region still lacks critical science journalism, and “hard science” is too often despised or covered only with information from wire services. But we’ve clearly seen a positive evolution with deeper analysis, longer formats, more extensive reporting, many more local stories, new science sections, less sensationalism and pseudoscience (at least in the main outlets), new initiatives operating at a a regional level, and a good amount of talented and committed science reporters doing a constant job. Again, there are exceptions and many things to improve. But the state of science journalism in Latin America is better now than 5 years ago.
Noticia dura, repentina y un poco oscura la del cierre del tracker. Reservo mi opinión en público hasta conocer bien qué nuevo proyecto llevan entre manos los directores. Como pedía Deb, les doy fe. Pero veremos.
Ya me despediré y daré gracias en el último post, antes del 31 de Agosto. De momento aprovecharé estas dos últimas semanas para resumir algunas ideas sobre el periodismo científico en español, a modo de perspectiva acumulada en estos 5 últimos años de tracker. 5 años! Buff…
Varios temas aparecen en mi mente al intentar hacer balance. Pero el primero es reflexionar sobre si el periodismo científico en América Latina ha mejorado mucho, poco o nada desde que empecé a revisarlo semanalmente en marzo 2009. Mi conclusión: “bastante”. Y no digo “mucho”, porque la evolución no ha sido uniforme, y existen zonas donde prácticamente no se ha avanzado nada. Pero en general yo sí creo que el periodismo científico en la región ha aumentado en cantidad, y sobre todo en algunos países, en calidad.
Si por ejemplo empezamos por Colombia, seguro que los reporteros locales verán mucho margen de mejora y se quejarán de que les faltan recursos y los editores no apuestan suficiente por ellos. Pero la calidad de la información científica presentada por ejemplo en El Tiempo o El Espectador en los últimos 5 años ha mejorado una barbaridad. La ciencia ha ganado espacio (especialmente online), los temas se tratan de manera más rigurosa, y los apartados de ciencia, salud y medioambiente han ampliado el número de firmas. En ambos medios hemos visto mejoras muy significativas en la información medioambiental, más freelances publicando notas de gran calidad, y análisis más detallados. A veces les hemos dado toques, como cuando trataron el “agua modificada” de Llinás con demasiada benevolencia, pero también felicitado regularmente por sus buenas notas, o tratamiento de casos polémicos como los del Dr Cubero. (no queremos olvidar mencionar el estilo simpático de R.V en El Colombiano). El Espectador mantiene un tono más crítico que El Tiempo, pero la mejora de ambos ha sido clarísima. Y creemos que se debe principalmente a una causa que resulta común en varios países de la región: la presencia en redacciones de más periodistas científicos capacitados, sólidos y comprometidos.
Hace 5 años era muy frecuente escuchar que uno de los problemas en la región era la falta de periodistas dedicándose exclusivamente a cubrir temas científicos. Había profesionales con mucho interés, pero en el día a día les tocaba cubrir temáticas diferentes dejándoles poco y disperso tiempo para la ciencia. En esas condiciones es difícil lograr continuidad. No es que ahora abunden los periodistas dedicados 100% a asuntos científicos, pero sin duda hay mayor especialización. Y los medios que han apostado por ella, han cosechado resultados muy positivos en su cobertura de notas de ciencia.
Un análisis parecido al de Colombia podríamos hacer en Chile. Hace 5 años El Mercurio ya tenía una buena sección de ciencia dirigida por grandes editores. En este sentido, lo único que podemos decir es que ha mejorado mucho en contenido, espacio e imagen. En perspectiva, quizás el salto más destacable es la apuesta de La Tercera por incluir una amplia oferta de ciencia en sus páginas (al menos virtuales), sobre todo a través de su excelente suplemento semanal “Tendencias”. Allí es donde regularmente hemos encontrado verdaderas joyas de periodismo científico.
Dicho nacimiento de espacios con alta presencia de ciencia se ha repetido -con más o menos éxito- en otros países de la región. Uno de los últimos descubrimientos ha sido Planeta de El Comercio (Ecuador), y hace ya un par de años “Cromo” de El Observador (Uruguay). Analizaremos en otro post la conveniencia o no de secciones específicas sobre ciencia.
Brasil no lo hemos seguido con la atención que merece, pero sí hemos destacado periódicamente muy buenas notas en Folha. De nuevo, gracias a la solidez de su equipo de editores y redactores de ciencia. Apostar por profesionales capacitados da resultados. Fijaos por ejemplo el buen trabajo en Aldea Global (Ahora Vivir) en La Nación de Costa Rica. De nuevo, el mensaje general es que respecto hace 5 años, y a pesar de que todavía haya muchísimo margen de mejora, en la región hay más y sobre todo mejores periodistas científicos, más espacios para sus notas, y mayor conciencia global de que la ciencia y su comunicación son importantes (si bien los apoyos económicos continúan llegando en cuentagotas)
Antes de pasar a analizar más países, hablemos de aspectos genéricos: Todo lo relacionado con el medioambiente y naturaleza es fundamental en América Latina. Es algo distintivo respecto EEUU o Europa, y hablaremos de ello en otro post específico. Pero un aspecto muy positivo que hemos notado es el aumento de rigor y menos presencia de pseudociencias (al menos en medios masivos). Las terapias alternativas y otros aspectos fronterizos todavía son un tema delicado a nivel informativo en la región, pero respecto hace 5 años, tenemos la sensación de que la manera de reportar sobre ellas es ahora un poco menos crédula. De nuevo, gracias a editores más sólidos. Aquí por ejemplo recuperamos posts donde explicábamos que revistas como las versiones latinoamericanas de Muy Interesante o Quo han mejorado mucho su calidad y son menos sensacionalistas de lo que eran hace unos años.
Un aspecto pendiente de mejorar considerablemente es la dependencia de noticias de agencias para cubrir temas científicos “duros” de procedencia internacional (se vió iincluso con el Higgs). De hecho hemos observado exceso de corta y pega hasta con temáticas locales. Falta trabajar en ello. En demasiadas ocasiones aparecen grandes noticias científicas, que aun asumiendo son muy lejanas al lector promedio, creemos que merecen ser tratadas en mayor profundidad. En los periódicos más importantes de EEUU y Europa lo hacen, y en los principales de al menos Argentina, México u otros países, también deberían.
Y es que la situación de Argentina y México es difícil de valorar para este tracker. La impresión que tiene (puede que equivocada), es que a pesar de hablar mucho en encuentros y foros, tampoco ha habido una mejora tan clara. En Argentina medios como La Nación o Clarín ya contaban hace 5 años con buenos responsables de ciencia en sus plantillas. Podríamos decir que ahora tienen más experiencia, y es cierto que de tanto en tanto nos ofrecen excelentes notas (ver este post), pero no nos queda claro que en general ambos medios hayan ampliado o diversificado la cobertura de ciencia. Más bien esta ampliación ha llegado de la mano de revistas o publicaciones nacionales que han ido prestando más atención a la ciencia. Esta es quizás otra tendencia: los editores de publicaciones generalistas que antes no prestaban interés alguno a los temas científicos, ahora de tanto en tanto se interesan por reportajes o titulares que suenen a ciencia. La ciencia empieza a vender, también en América Latina.
En México ocurre algo parecido. De El Universal solemos felicitar sus especiales gráficos, pero creemos que en él y periódicos como Milenio o La Jornada se podría haber mejorado más en los últimos años. Revistas como CómoVes mantienen su gran trabajo, y quizás las apuestas más significativas hayan llegado de proyectos divulgativos impulsados con fondos públicos por el conacyt u otros. Pero de nuevo, la sensación es que México ha hablado mucho y hecho poco en periodismo científico. Es inconcebible, por ejemplo, que todavía no tengan una asociación de comunicadores científicos.
Otro aspecto delicado es el de los países que están estancados en una muy pobre información científica. Nos referimos especialmente a centroamérica y caribe. Allí varias veces nos hemos esforzado en encontrar medios que cubrieran de manera regular aspectos de ciencia, y a la excepción de Costa Rica, y aspectos puntuales de Panamá, poco más hemos encontrado. Cuba es un caso peculiar, alternando notas buenísimas con historias propagandísticas diciendo que -por ejemplo- curan a minusválidos con células madre.
Un caso muy significativo fue el de la periodista Lucy Calderón, muy comprometida con la ciencia guatemalteca en Prensa Libre, a quien tocó dejar de cubrir aspectos científicos por falta de apoyo de medios e instituciones. Esto es muy poco inteligente por parte como mínimo de las autoridades responsables. Se gastarán más dinero en un evento para discutir cómo mejorar la comunicación científica en su país que aportando tres años de sueldo de alguien capacitado y comprometido como Lucy. Obvio que apostar por una persona representa un riesgo pues en cualquier momento puede decidir cambiar de rumbo profesional. Pero deja un legado que otro puede continuar. Yo cuando voy a conferencias en la región siempre digo lo mismo: mejorar el periodismo científico no es difícil ni caro: paga unos cuantos sueldos de gente comprometida y pronto verás resultados. En centroamérica, junto con capacitación, es imprescindible.
También tenemos países como Bolivia, donde puntualmente hemos visto buenas notas en Los Tiempos y La Razón, Perú donde hace unos meses El Comercio parece haber revivado su sección de ciencia, o Paraguay donde también se ha visto algún leve signo de mejora. Tendencia positiva, pero nada con continuidad y de gran impacto todavía.
No podemos olvidar iniciativas regionales como el reciente LatinAmericanScience, que tras un inicio discreto limitándose a recopilar noticias ha ido reforzándose, ampliando su cobertura, e incluso publicando textos originales. Y sobre todo, SciDev. SciDev pecaba al principio de “soso”. Su apuesta por temas de política científica y ciencia para el desarrollo era loable, única, y a este tracker le interesaban muchísimo sus contenidos. Pero el estilo y presentación eran tan asépticos que no lograba notoriedad alguna. Ha sido en los últimos meses/años que un cambio de diseño y una ampliación considerable de reporteros freelance les ha dado un toque diferente, entrando en temáticas más controvertidas, con mensajes más directos, y llegando a muchos más lectores.
De medios internacionales cubriendo noticias sobre América Latina, al único que hemos visto lhacerlo de manera regular es BBC Mundo (otra). Los principales periódicos españoles (El País y El Mundo) tienen mucho interés estratégico en América Latina, y suelen prestar mucha atención a notas de orden político y económico. Pero todavía no han prestado atención a la ciencia. Este es un mensaje que hemos repetido a menudo: hay oportunidad de periodistas locales en ofrecer notas a medios internacionales. En EEUU, por mucho que se les llene la boca diciendo que les interesa América Latina, notorio fue el desdén al periodismo científico en español en la última WCSJ. Positivo parece será la próxima apuesta de SciAm.
En definitiva, creemos que en lo referente al periodismo científico en algunos países se ha avanzado mucho, y en otros poco, quedándonos en una valoración global de “bastante”. En general en la región faltan todavía más espacios, más periodismo científico crítico, mejor tratamiento a temas científicos “duros”, y un mayor esfuerzo en buscar y potenciar la ciencia local. Pero los signos de mejora son claros: la calidad ha mejorado muchísimo, los espacios e interés han crecido en la mayoría de países, encontramos menos pseudociencia y tratamientos más rigurosos, y se han creado iniciativas tanto regionales como de medios individuales que hace 5 años no existían. Nada de ser complacientes. Falta mucho por hacer. Pero es justo reconocer a quienes con su trabajo y vocación han ya logrado éxitos.
– Pere Estupinyà
Faye Flam says
Pere,
I’m very impressed with the English summaries of your posts.They make me wish I remembered more of my high school Spanish so I could read the long version. You always write on interesting subjects and cover them with authority. After we leave the Tracker I look forward to following more of your writings elsewhere.
Faye. P.S. I don’t know why the disqus system thinks I am el gato.
Martín Sosa says
Pere: No sé si escuchaste que Leonardo Moledo falleció hace algunas semanas, y Página 12, el diario donde trabajaba, suspendió “hasta nuevo aviso” el suplemento “Futuro” que salía los sábados y se dedicaba pura y exclusivamente a la ciencia. Moledo era su editor. Es otra daga para nosotros, los que amamos la comunicación de la ciencia. Primero fue La Nación, ahora esto…Si puedes hacer algún comentario sobre el tema, te agradecería. Los colaboradores que hacen dicho espacio, están luchando porque se revea la decisión de darlo de baja. Espero que puedas darnos una mano. Muchas gracias!! Martín Sosa