(English intro to Spanish lang post) We review some stories about science policy in Latin America: The director of Colciencias (Colombia) was forced to resign after publicly urging colombian scientists to march against the funding cuts announced by the government. In Venezuela, hundreds of researchers and university professors left the country during the last few years, leaving Universities with a serious need of qualified teachers. A recent analysis from a Stanford researcher shows that many latin american scientists publish their results in regional journals that are not indexed in international database. We read also about a successful case of scientific crowdfunding, and a detailed interview to a renowned specialist on science policy in Latin America.
Posiblemente lo más particular de SciDev en español es su seguimiento de los temas de política científica en América Latina. No creemos que SciDev destaque por su cobertura de notícias científicas, que otros medios abordan con más impacto. Pero algo distintivo de este portal es que permite de una ojeada ver situaciones de política científica en diferentes países. Además, la alta calidad de sus periodistas colaboradoras (en América Latina casi todas son mujeres), lo posiciona como la referencia a la hora de analizar políticas científicas en la región.
Por ejemplo, en la misma semana podemos leer desde Colombia a Lisbeth Fog “Se acentúa crisis de Colciencias con retiro de directora” explicando que por tercera vez en tres años, Colciencias se queda sin dirección. En esta ocasión la ex-directora anunció públicamente que el gobierno colombiano recortará el presupuesto en i+D para 2015, y propuso a la comunidad científica que saliera a marchar en protesta por la medida”. Eso provocó que presidencia pidiera la renuncia de Paula Arias. El gobierno reaccionó negando el recorte, pero el análisis más completo de Lisbeth deja ver cuestionamientos al programa “tiempo de volver” de captación de científicos colombianos en el extranjero, y a decisiones que pueden perjudicar la innovación. El descontento continúa entre la sociedad científica colombiana.
Su vecina Venezuela está mucho peor. En “Venezuela: pobres condiciones tras éxodo de científicos” Andrea Smallreporta que los científicos y profesores universitarios se están yendo del país, debido principalmente a inseguridad, bajos salarios, y limitado financiamiento para investigar. “Es devastador”, declara un representante de profesores. Y realmente los números son devastadores: 700 docentes se fueron en 2 años de una universidad, 240 de otra, y 1.577 puestos vacantes sólo en la Universidad de Zulia. El presidente de la Academia de Ciencias dice que “Gran parte de la tecnología y la capacidad científica de Venezuela, construida a lo largo de medio siglo, se ha perdido en la última década”. Gran texto de Andrea con datos, declaraciones de gestores científicos, e incluso casos personales como el de una física formada en Alemania que regresó a Venezuela pero al poco se vio forzada a emigrar de nuevo hasta Australia.
En tono más genérico, Daniela Hirschfeld “Políticas científicas: lecciones y retos en Latinoamérica” entrevista a un enorme experto en política científica como el peruano Francisco Sagasti, que tiene una visión amplísima de la evolución de la ciencia durante las últimas décadas en la región. Los temas de que habla Sagasti nunca serán de interés general para los lectores, pero que SciDev apueste por entrevistarlo demuestra su compromiso con la información profunda sobre política científica. En la intro Daniela empieza marcando el crecimiento positivo de la ciencia latinoamericana, pero en la entrevista pasa directamente a hablar de los desafíos. Como mensajes extraemos que la ciencia requiere una gestión transgubernamental que mantenga estabilidad a pesar de los cambios de gobierno, que el trabajo intelectual es importante pero América Latina falla en la ejecución, que algunos planes para impulsar el i+D en empresas han fallado por excesiva burocracia, que la mentalidad cientifista de menospreciar lo aplicado provoca desconexión, y que la existencia de ministerios específicos de ciencia depende del momento del país (no siempre es bueno, ya que si se constituye demasiado temprano el resto se desentiende). Habla también de casos de éxito como biocombustibles en Brasil, nuclear en Argentina, conocimiento ancestral en Perú, o biodiversidad en Costa Rica. En este sentido, apunta a una falta de coordionación en CTI a nivel regional. Gran entrevista.
Más actual, vemos un interesante video de Andrea Small sobre el “Crowdfunding científico: posibilidades en el Sur Global”, que está muy bien guionizado pero peca un poco de inocente (en contadísimas ocasiones y temáticas muy específicas el crowdfunding científico podría funcionar). Y también hoy mismo leemos un interesantísimo tema de Célio Yano “Ciencia sudamericana subestimada”, que no estamos seguro esté del todo bien presentado. Si uno lee titular y primeras frases parece que las bases de datos académicas omiten las revistas científicas locales o regionales, y esto provoca una medida injusta del impacto de la ciencia local. Es un tema muy bueno, y viene avalado por el trabajo de un investigador de Stanford. Pero en el texto, el propio investigador opina que esto puede afectar a desarrollos muy locales, pero que cuando el trabajo es verdaderamente relevante a nivel científico los grupos locales sí lo publican en revistas de referencia internacionales. Cierto que los investigadores que decidan publicar en español no aparecerán en ciertas bases de datos internacionales, y eso genera una medición injusta, pero no queda claro cual es la solución. Por un lado se dice que no deberían sentirse forzados a cambiar de idioma, pero por otro esto es negar la realidad de que el idioma interno de la ciencia es el inglés, y que funciona muy bien así. Por otro lado, este análisis debería contemplar que una gran parte de la ciencia que se publica en el mundo es de mala calidad y en realidad sirve para muy poco. Los criterios de excelencia forman parte de la ciencia, y se debería ver si esa ciencia que “se pierde” por publicarse sólo en revistas locales es buena o no.
– Pere Estupinyà
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