(English intro to Spanish lang post) On July 10th a dam bursted in a Bolivian mining town, spilling 30.000 cubic meters of polluted water into the Pilcomayo River. The mine extracts lead, silver and zinc, but the spill was abundant in several heavy metals. The Pilcomayo River runs through Bolivia to Argentina and Paraguay. There was an extensive and constant reporting in Bolivia from the beginning. Some stories alerted that the water could cause cancers, mental problems, birth defects, and convulsions. We’ve noticed some vagueness in the numbers and possible health effects of the different substances. Paraguayan newspapers reported about the accident too.
El pasado jueves 10 de julio se produjo un grave vertido de aguas tóxicas contaminadas de metales pesados al río Pilcomayo (ABC Color), por la rotura del dique de cola en una excavación minera de la empresa Apóstol Santiago en la región de Potosí, Bolivia. El río atraviesa cuatro de los nueve distritos bolivianos, y hace de frontera natural entre Argentina y Paraguay. El recorrido internacional del río es la razón por la que se creó una Comisión Trinacional que monitorea las aguas del río Pilcomayo.
Inicialmente se informó de que el derrame había sido de 10.000 m3, pero la cifra del vertido tóxico aumentó a 30.000 m3 (Los Tiempos). El derrame de desechos de metales pesados como plomo, cromo, manganeso, zinc o plata ha provocado una importante alerta sanitaria a los habitantes que dependen del agua del río, y las informaciones se han ido sucediendo a diario.
El diario La Razón (Bolivia) ha hecho un buen seguimiento de la noticia. En total ha publicado unos diez artículos sobre el tema, como este de Wilma Pérez “Agua del Pilcomayo puede causar desde convulsiones hasta cáncer”, en el que entrevista a varios médicos sobre las posibles consecuencias de tomar agua contaminada.
En el artículo de Yubert Donoso ‘Informe revela contaminación elevada del Pilcomayo’, se presenta una infografía donde se muestran los efectos de la exposición a dichos metales en los distintos sistemas del organismo. También se indican las concentraciones máximas permitidas de elementos químicos como sodio, hierro, magnesio, y cromo, y los porcentajes respecto al máximo permitido actuales del río, algunos de los cuales no parecen tan, tan nocivos (exceso de sodio o magnesio, por ejemplo). Extraño resulta el subtítulo de la nota diciendo que ‘El rebalse del dique ha causado el derrame de líquidos físicos y químicos nocivos para la salud’. También se comete el error de hablar de microgramos y escribir mg en lugar de µg.
En otro párrafo del texto se dice que “se ha diseñado un plan de contingencia e intervención para tratar de impedir posibles enfermedades de las personas que ya habrían consumido el agua en los días de mayor contaminación”, indicando una posible falla en la rapidez de aviso a la población.
El periódico Los Tiempos (Bolivia) también alerta que “Contaminación del Pilcomayo puede causar abortos, cáncer y retraso mental”. Aparecen dos buenas infografías (1,2) pero nos desconcierta que hable de otros materiales pesados como cadmio o arsénico. Seguro que hay una mezcla de varios metales pesados, pero da la sensación que las fuentes utilizadas dan información demasiado dispar, que puede llegar a generar confusión y escepticismo en el lector. En una nota de otras características, Sandra Arias denuncia que la comisión trinacional que debe velar por el Pilcomayo está todavía desprovista de personal y equipos, por una mala gestión en la transición de la dirección desde Argentina a Bolivia. En estos momentos las operaciones de la mina han sido suspendidas, y el gobierno anunció un monitoreo integral del río, para analizar el grado exacto de contaminación y riesgo existente.
El periódico boliviano Página Siete le dedica un editorial en que resume muy bien los acontecimientos, y acusa a las cooperativas mineras de “ingobernables”. Dice que no es la primera vez que ocurre, que las quejas son periódicas, y que al ser aliadas del gobierno logran no cumplir con la legislación.
Fuera de Bolivia se hacen eco de la noticia medios paraguayos como ABC Color “Cancellería pide informe sobre vertido del Pilcomayo” o La Nación, poco caso en los periódicos de Argentina (con excepción de El Tribuno, informando que no hay riesgo para las comunidades argentinas), y notas de EFE en medios españoles como La Vanguardia o ABC, EFE ha hecho un buen trabajo en este tema. El Nuevo Herald utiliza información de AP, y BBC mundo prepara una nota propia escueta pero clara.
– Pere Estupinyà
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