(English intro to Spanish lang post) Yesterday a spanish newspaper published an interview to a well known mexican scientist and anti-gmo activist. The title “GMO are living atomic bombs” says it all. A spanish researcher immediately published in his blog an extensive analysis debunking most of the claims done in the interview, and calling the mexican scientist a liar. The newspaper contacted the spanish researcher, and today it publishes an interview with him. If one uses scientific data to evaluate the discussion, the spanish researcher clearly won the intellectual battle. But if one checks the impact in social networks, and the amount of websites where the interview has been reproduced, the message from the mexican activist reached a much higher and diverse audience.
Hay un punto de crítica muy válido hacia los transgénicos, que es cómo la concentración de poder de multinacionales puede desestabilizar las producciones locales en algo tan básico como es la agricultura. Hay visiones más proteccionistas y otras más liberales, y obvio pueden ser debatidas. Pero no es un problema exclusivo de los transgénicos, y desde luego no afecta a la investigación con fondos públicos de investigadores locales sobre organsimos modificados genéticamente.
Otro punto de conflicto es la posible coexistencia de especies endémicas con introducidas, y el análisis de si las transgénicas pueden tener unas ventajas que hagan desplazar a las locales, o incluso contaminarlas genéticamente por transferencia de genes. También se debe analizar caso por caso. Plantar soja transgénica en Paraguay no es ni mucho menos tan delicado como maíz transgénico en México.
Son puntos de eterno debate. Pero convertir esto en una lucha personal, y distorsionar conscientemente otros datos sobre cultivos transgénicos para meter miedo a la población, con el objetivo de prohibir esta tecnología por completo, es impropio de un supuesto buen científico.
Ayer y hoy sucedió un hecho peculiar, cuando Eldiario.es publicó la entrevista de Raúl Rejón “Los transgénicos son una bomba atómica con vida propia” a la científica y activista (términos de difícil encaje intelectual) mexicana Elena Álvarez-Buylla. Álvarez-Buylla no es una medioambientalista convencional, ya que está arropada con el prestigio de su sólida carrera como investigadora. Pero este prestigio podría estar peligrando por la falta de objetividad científica con que se manifiesta al hablar de transgénicos. La doctora parte de un posicionamiento claramente antitransgénico, y ataca la tecnología de manera genérica y por todos los frentes posibles, seleccionando y ensalzando exageradamente sólo los datos que encajan en su argumentario. En sus argumentos mezcla cuestionamientos muy válidos y valientes, con falsedades y distorsiones que ya han sido rebatidas ampliamente por la ciencia independiente.
Ocurre que al tener esa credibilidad acumulada como científica, pocos periodistas se atrevirán a rebatir sus opiniones. Pero tras la entrevista de ayer, la punzante réplica llegó de otro investigador con una visión tan documentada como la de Álvarez-Buylla, y aparentemente mucho más objetiva. En el post en Naukas de J.M. Mulet “Argumentos antitransgénicos: Miente Álvarez-Buylla, que algo queda”, Mulet desmenuza la entrevista de Eldiario.es y replica punto por punto los argumentos de la investigadora. Cierto que es es muy habitual en blogs de arrogantes sabelotodos, que a veces incluyen grandes errores o distorsiones en sus propios argumentos. Pero el caso de Mulet es distinto. Mulet es un investigador independiente y absolutamente confiable en sus análisis sobre transgénicos, realizados siempre a través de una cuidadosa interpretación de los datos y referencias científicas más sólidas. Obvio que se puede equivocar, y como todos seguro lo habrá hecho en alguna ocasión. Pero a nivel de comunicación científica (que es lo que aquí nos interesa) ofrece un contrapunto que poquísimos periodistas están capacitados para realizar.
Mulet le recuerda a Álvarez-Buylla que el artículo de Seralini está retirado por falso, tira por tierra su argumento sobre el glifosato, le acusa de no leerse la bibliografía científica más actualizada, dice que “mete bolas” sobre el etiquetado, la acusa varias veces de mentir deliberadamente, y opina que no le parece una buena científica, entre muchas otras puñaladas que podéis leer en el texto de Naukas. Es un duro golpe a la integridad de la científica, que debe generar una alerta en los reporteros mexicanos.
A nivel periodístico, nos parece interesante que tras la reacción de Mulet en su blog, Eldiario.es le da hoy mismo la oportunidad de réplica en sus propias páginas, con la entrevista de Raúl Tejón “Las trabas a los transgénicos perjudican a la investigación y al campo españoles”. Muy curioso que Raúl no entre al trapo con las criticas concretas que Mulet hizo a las opiniones de Buylla, y que el propio Mulet parezca moderarse en sus palabras. Centra su mensaje en decir que la mayoría de críticas no están bien sustentadas científicamente, y en un tema muy importante pero de menor calado entre el público como el perjuicio a la ciencia local de las trabas burocráticas. La frase “el trigo sin gluten que se está desarrollando por científicos españoles acabará siendo vendido por alguna empresa de EE UU. O un zumo de tomates transgénicos con un ensayo detrás sobre la reducción del riesgo de cáncer” tiene un sentido muy profundo, pero al mantener un tono moderado, la entrevista de Mulet fue compartida en FB un centenar de veces mientras que la de Buylla más de 18.000. Además, esta última ha sido distribuida por muchos otros medios llegando a un alcance mucho mayor. Esto nos hace concluir que Mulet ha ganado la batalla intelectual, pero Álvarez-Buylla la mediática. Y ya sabemos cual suele pesar más en la toma de decisiones políticas…
Insisto en un matiz: Las críticas de Elena Álvarez-Buylla a casos concretos que pueden generar resistencia en plagas, tolerancias a herbicidas, riesgo al patrimonio cultural que representa el maíz nativo, o las consecuencias que tratados de libre comercio tienen en campesinos locales, son válidas, valientes, y útiles. Pero su posicionamiento genérico anti-transgénico es negativo, y sus argumentos exagerados y distorsionados para generar temor entre la población, impropios de una buena investigadora. No todos los transgénicos son iguales, y colegas suyos de la UNAM están conduciendo investigaciones que podrían ser muy positivas para la gente que ella intenta proteger. Los periodistas deben documentarse mucho antes de entrevistas sobre temas polémicos como éste, para replicar y questionar en lugar de reproducir sin filtro lo que un científico o activista nos quiera contar.
– Pere Estupinyà
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