(English intro to Spanish lang post) The Cuban newspaper Juventud Rebelde published an extensive story claiming that 17 from 25 complete spinal cord injured people restored motor function, sensitivity and sphincter control after an adult stem cell transplantation clinical trial which started in 2009. Medical doctors that presumably conducted the study didn’t publish the details in any peer reviewed scientific journal. The story includes a video of the transplant recorded from inside the surgery room, and testimonies of several patients stating they’ve achieved significant improvements. The story even says that a quadriplegic was able to move his arms after the trial. Of course we have serious doubts about these results, which if true, would be the most remarkable ones in the history of cell transplantation for SCI (we’ve checked recent scientific reviews a and b). For sure there’s some scam here. But we do believe that cuban doctors skipped the safety concerns and performed these cell transplantations since 2009. This fact itself might be of great interest for other researchers in the field, in case cuban doctors decide to share methodology and results.
El diario cubano Juventud Rebelde ha publicado los resultados de un estudio que, si fueran ciertos y anunciados en EEUU o Europa, estarían en la portada de todos los periódicos del mundo.
Con lo de “si fueran ciertos” no estamos asegurando que sean falsos, pero entenderá el lector la cautela con la que alguien debe leer que 17 de 25 lesionados medulares han obtenido mejoras de movilidad, sensibilidad y control de esfínteres tras una terapia regenerativa con células madre empezada el 2009 en Cuba. Este hito de la medicina lo asegura el artículo de Yuliet Gutiérrez Delgado “Células para regenerar vidas”, y el doctor cubano autor de las intervenciones.
El artículo es muy detallado, e incluye un video grabado en plena sala de operaciones donde se ve las inyecciones de células madre aplicadas directamente en la lesión medular. También en el video se ven participantes en el ensayo explicando que ahora controlan los esfínteres, recuperan sensibilidad genital, tienen sensibilidad y más fuerza en las piernas, o incluso -en el texto- un cuadrapléjico recuperó movimiento en los brazos.
Si fuera cierto, sería un anuncio que merecería toda la atención científica del mundo. Hasta la fecha, según este completo review que hemos leído para analizar la situación, se han demostrado mejoras en animales de laboratorio, pero no en los pocos ensayos con humanos realizados. Pocos, porque una gran limitación es la seguridad en cuanto a aparición de tumores y complicaciones diversas. Aunque sólo sea por los datos de seguridad, este ensayo cubano sería muy informativo para la comunidad científica.
Lamentablemente, los resultados no han sido publicados en ningún artículo científico en revista revisada por pares, lo cual enciende las alarmas de la incertidumbre a cualquier periodista o investigador externo. Obvio que ni los investigadores cubanos ni ningún otro están obligados a publicar en revistas extranjeras, pero para poder analizar el caso y tener credibilidad es imprescindible. Además, por muy detallado que sea el artículo de Yuliet, quedan un montón de detalles técnicos a especificar.
Se habla de que las células madre utilizadas son adultas extraídas de la propia médula espinal del paciente. Sabemos que la cantidad que se puede extraer es ínfima, pero los investigadores dicen que mediante un tratamiento farmacológico preparado en Cuba estas suben y se concentran en la superficie de la médula y son más fácil de extraer (¿?). También nos generó desconfianza inicial que se trataran pacientes con lesiones producidas años atrás, pues está el problema de la cicatriz y de que con el tiempo los nervios por debajo de la lesión se “desconfiguran”, y por mucho que se reconecten habrían perdido la capacidad de interpretar la información. Siempre se ha dicho que la eficiencia de un potencial trasplante sería más alta poco tiempo después de la lesión. Sin embargo el review leído contiene una frase muy parecida a la del artículo, explicando que realizándose en etapas previas, una mejora podría deberse a recuperaciones independientes del trasplante, lo cual confundiría en el estudio.
Si somos sinceros, la reacción inicial al leer el artículo de Juventud Rebelde fue de escepticismo absoluto. Luego, al leer el review y este otro en diagonal, nos entra las dudas de que efectivamente los médicos cubanos sí pueden haberse saltado todas las limitaciones en cuanto a seguridad y protocolos aplicables en otras regiones del mundo, e ir a saco a inyectar células en la médula espinal de discapacitados a ver qué ocurre. No dudamos que lo hayan hecho. Quizás sí de que los resultados a partir de una metodología tan básica hayan sido tan positivos como el artículo y el video describe. De nuevo, sería un avance tan grande respecto lo poquísimo sobre human trials que hay publicado en la literatura científica, que estamos obligados a desconfiar. Y por desgracia, no tenemos manera de contrastar los datos de los médicos cubanos, ni la periodista ha buscado opinión externa calificada en su reportaje, ni los propios médicos han compartido su estudio con colegas de otras partes del mundo, algo que es imprescindible en el proceso de verificación científica. Con pena, no podemos creernos que lo explicado en este artículo sea completamente cierto, ni que médicos y pacientes hayan sido del todo sinceros. Y si lo fueron, por favor que los investigadores utilicen la diplomacia científica y canales científicos establecidos para comunicar los métodos y resultados de su ensayo a colegas del resto del mundo, porque si es cierto, les interesará seguro a ellos y a muchos pacientes.
– Pere Estupinyà
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