(English intro to Spanish lang post) Today we comment on a terrific piece about GM corn in Mexico. With 7 print pages and nearly 10 different sources from industry, research centers, NGO’s and sociologists, it’s one of the most documented and balanced stories about GMO we’ve read in the country. The aim of the story is not to give a clear conclusion, but to analyze the reasons for the controversy. It doesn’t even mention unfounded claims about health risks or severe problems for the ecosystems. But it explains that Mexico has hundreds of native varieties of corn varieties, which are part of the culture and identity of the country. Some are afraid that agricultural industrialization might affect this biodiversity, others point out that Mexico needs to import corn from the USA, others explain that GM varieties don’t improve significantly the yields of conventional ones, and local researchers complaint that the controversy is causing funding cuts for their investigations. We comment also on another story about the scientific search for the human soul, that sounded esoteric at first sight, but ended up being a very nice review of antropological views and modern studies about altered states of consciousness.
Siempre que viajo a algún país de América Latina aprovecho para leer la ciencia que se publica en edición impresa. Todavía hay mucho contenido impreso que no llega gratuito a internet y difiere significativamente del publicado online. Uno de los ejemplos más claros es la revista Muy Interesante, que ofrece en su web una amplia batería de noticias y curiosidades sobre ciencia, con un enfoque más bien sencillito de gran éxito en redes sociales, y en su revista impresa publica largos reportajes que, si bien son ideales para tablets, no es un formato tan exitoso en web. Además, tenerlos sólo en la revista es lo que fuerza al lector a comprarla.
La semana pasada compré en el aeropuerto de DF la Muy Interesante de México, atraído por su portada de apariencia esotérica ¿Existe el alma? Confieso que pensé escribiría un tracker quejándome de cómo se puede hablar del alma en una revista de ciencia. Pero el enfoque cambió radicalmente al leer la pieza principal de Gerardo Sifuentes “Principio Vital: La búsqueda científica del alma” (no accesible online). El enfoque continúa siendo cómo escribir del alma en una revista de ciencia, pero sin queja sino como explicación.
Un inciso aquí: en la comunidad de comunicadores cientificos hubo revuelo hace unos meses cuando el periodista estadounidense afincado en México Erik Vance habló pestes de Quo y Muy Interesante. Muchos le dieron la razón, porque efectivamente en el pasado los contenidos de estas revistas eran bastante sensacionalistas y pseudocientíficos. Pero la cosa ha cambiado, y estas revistas han mejorado mucho en los últimos años. Yo aquí critico al amigo Erik por su juicio superficial basado en las portadas y no los textos, que él no lee. La Muy de este mes es un buen ejemplo: imagino que por cuestiones editoriales la portada sí genera profunda desconfianza, pero el texto de Gerardo es buenísimo. Empieza con la historia de un empresario que dejó todo su testamento a quien estudiara científicamente el alma, hace un gran repaso antropológico a las visiones del alma en diferentes culturas, añade frases contundentes como “los poderes psíquicos y el espiritismo son un fraude”, y -advirtiendo que la neuroteología no es un campo del todo aceptado- explica muy buena ciencia dedicada a comprender las sensaciones místicas o de desdoblamiento que ciertas personas experimentan en sus cuerpos. Gerardo habla del peyote, de momentos de estrés y falta de oxígeno (recuerdo una alpinista explicarme lo comunes que son las alucinaciones durante la escalada), incluso de esfuerzos intensos o estados de meditación en los que los lóbulos parietales asociados a la información sensorial están hiperactivados. Este estado cerebral podría ser el origen de desdoblamientos o alucinaciones de ángeles o dioses en momentos de trance religioso o incluso experiencias cercanas a la muerte. Gerardo dice que “la cultura del individuo da una interpretación a estas sensaciones místicas en función de las circunstancias que le rodean”. Un muy completo e interesante texto.
Completado con otros artículos en la revista, incluido un fabuloso reportaje sobre el maiz transgénico en México de Sarai Rangel “La semilla de la discordia”. No e habitual encontrar textos sobre el tema tan bien balanceados. Sarai empieza confrontando la gran aceptación de la industria agrícola estadounidense y el rechazo de la Unión Europea, y dando contexto al lector explicando que en México hay “una lucha ideológica y política con argumentos a veces contradictorios entre sí”. Habla de los 21 cultivos que se han aprobado de manera experimental, de los jitomates de maduración avanzada, y del gran éxito inicial que fue la papaya resistente a un virus. También del batacazo que fue cuando en 2001 Nature publicó un estudio (criticado posteriormente) mostrando ADN de plantas de Montsanto fugados a maiz de variedades locales. Explica la paradoja de que siendo la cuna del maíz, México no pueda abastecer su demanda y tenga que importar de EEUU. Algunos ven en los OMG la solución, pero otros dudan de que su rendimiento sea tan superior, de que las variedades de Montsanto sean las mejores para el terreno mexicano, explican que las especies comerciales actuales no tienen problemas de virus o plagas, y sobre todo, que “México tiene 60 razas y miles de variedades de maíz. Presenta la mayor diversidad mundial de grano. El 50% de los sembradíos son nativos”. Todo esto podría ser amenazado por los transgénicos, no tanto por la parte ambiental sino directamente por la coyuntura económica. El maíz no es sólo parte de la alimentación de México sino también de su cultura, y se debe proteger con decisión. De las muchísimas fuentes que utiliza Sarai, una socióloga da un punto valiosísimo sobre lo que el grano significa para la identidad. El texto no está en contra de la investigación en transgénicos, de hecho se insinúa que México debería fomentarla y crear sus variedades en lugar de recurrir a multinacionales de fuera. Pero sí muestra partes oscuras del maiz transgénico en méxico, sin recurrir a las exageraciones sobre supuestos problemas para la salud o graves desequilibrios ambientales. Muy bien ponderado, buen periodismo científico.
– Pere Estupinyà
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