(English intro to Spanish lang post) On Wednesday the European Space Agency said that the asteroid Apophis is bigger than previously thought, and that it is still uncertain how close to the Earth will come in 2036. As a consequence some science reporters wrote stories alerting about the size of the “threatening” asteroid. These stories got lots of views and spread fast in social networks. Yesterday NASA sent a press release ruling out the possibility of an impact in 2036. The most recent stories say that Apophis won’t contact our planet, but the first and misleading ones are still not corrected.
On another note, this week Jim Watson criticized the “the inherently conservative nature of today's cancer research establishments" and said “antioxidants prevent us from killing cancer cells". Spanish medical reporters did a good job contrasting Watson’s opinions with other researchers. A few interpreted Watson’s provocative words as a stimulus, but the majority considered them deceptive. Also in Spain, it seems that the government wants to review the expiry date of certain food, beginning with yogurts. It can be a really interesting and broad topic for science writers.
Con el tránsito del asteroide Apophis la estadounidense NASA parece haberle marcado un gol a la europea ESA, y de paso, planteado un dilema en algunos periodistas científicos españoles.
La situación es la siguiente: Desde hace tiempo se conoce que un asteroide de grandes dimensiones pasará cerca de la Tierra en 2029, y que volverá a hacerlo con una ruta más incierta en 2036. Justo esta semana pasó también a una distancia relativamente próxima de 14 millones de km, con lo que los telescopios de la ESA y la NASA pudieron examinar mejor sus características y posible ruta. El miércoles la ESA publicó que según las estimaciones de su telescopio Herschell, Apophis es mayor de lo que se creía, pero que “quite how close it will come then (2036) is uncertain”. La reacción de algunos medios es previsible, y vimos notas como la de José Manuel Nieves “El amenazador asteroide Apofis, más grande de lo que se creía” en ABC, con el subtítulo “…un diámetro de 325 metros, suficiente para provocar una explosión equivalente a 20.000 bombas atómicas si impacta en 2036”. El tema es que el jueves la NASA publicó otro comunicado diciendo que según los datos de su Jet Propulsion Lab, el impacto en 2036 queda descartado (El Mundo/Europa Press). Es un mensaje muy contundente, que minimiza la relevancia de la información suministrada por la ESA. Evidentemente en caso de posible impacto el tamaño sí es relevante, pero ahora la noticia está en que no hay tal descomunal choque, y que tenga 325 metros en lugar de los 270 que se calculaba, pasa a ser un detalle nada noticiable.
La pregunta es: ¿Qué hacer con las notas ya publicadas con información de la ESA? ¿Se deberían reescribir o eliminar? En temas de cosmología ABC tiene costumbre tirarse de cabeza a por titulares sensacionalistas, como hizo recientemente a partir del rumor que el curiosity podría haber encontrado vida en Marte, y después rectificar los textos y titulares si es necesario. Aunque así consigan más tráfico y “likes” de Facebook, no es una solución que nos guste. Confunde.
Más extraño es la nota en El País de Malén Ruiz de Elvira “El amenazador asteroide Apofis es mayor de lo que se creía”, pues Malén sí utiliza referencias a ambas informaciones de la NASA y la ESA, y sin embargo mantiene en el titular la palabra “amenazador” y la información sobre su tamaño. Es la nota más vista en la sección de sociedad, con casi 300 comentarios y más de 3000 likes (y subiendo), que mantiene la incertidumbre de la “amenaza” cuando la NASA lo ha negado. Veremos si la nota se queda como está, o si se añade algún punto complementario en el subtítulo. Es una situación interesante que nos fuerza a pensar sobre la necesidad de inmediatez en las noticias de ciencia, si ciertos artículos se deben ir actualizando, y sobre si nos estamos dejando grandes temas a medias.
Esto último va por dos informaciones de esta semana, que dan para un análisis más detallado que la propia noticia puntual. Una son las palabras del ministro Cañete diciendo que él como yogures caducados sin problema, y la valoración de alargar una semana la fecha de caducidad de yogures (Manuel Trillo, ABC). Es un tema interesantísimo para tratar con rigor científico. ¿se exagera en la fecha de caducidad? ¿en qué alimentos? ¿Por qué motivos? ¿Qué riesgos hay de consumir un alimento caducado u otro? Posiblemente en los yogures no será problemático, pero quizá en otros sí ¿Cuáles y en qué grado? Es un temazo, que de nuevo, va más allá del caso concreto de los yogures.
Otro son las palabras de James Watson criticando la investigación contra el cáncer y diciendo que en ciertas etapas los antioxidantes pueden ser contraproducentes. Watson es un provocador al que le gusta llamar la atención y sentir que todavía pinta algo. Sus salidas de tono son frecuentes, pero estas dos afirmaciones resultan muy interesantes, y merecerían ser tratadas en más detalle. En varias notas hemos visto reflejadas las ideas de Watson, junto a opiniones de científicos españoles valorando si son acertadas o no. Ejemplos: El País – Emilio de Benito “El Nobel Watson revoluciona el debate sobre el futuro del cáncer” , ABC – Núria Ramírez de Castro “El padre de la doble hélice de ADN carga contra la investigación del cáncer” (conciso y claro, quizá no es justo empezar con los precedentes de declaraciones polémicas de Watson sobre raza negra o homosexualidad), La Razón – Echagüe/Montalbán “Antioxidantes ¿un enemigo de la lucha contra el cáncer?” (muy buen texto con valiosas aportaciones, entre las cuales “es cuando menos precipitado criticar estas terapias” y “una opinión como la de Watson «genera alarma y polémica»”), o SINC – Verónica Fuentes “El Nobel James Watson afirma que mil millones de dólares bastarían para curar el cáncer metastásico” (buen texto, confuso titular, con la cita “No se trata de un trabajo demasiado novedoso si no fuera porque lo escribe Watson”). En general las notas son buenas, y no se han limitado a reproducir las opiniones de Watson sino a contrastarlas, pero para el gran público y muchos de nosotros esto de los posibles efectos negativos de los antioxidantes es nuevo, y quizá sería interesante hurgar con un poco más de profundidad. Incluso de las críticas al research establishment, aunque sí parecen un berrinche, podrían salir enfoques interesantes.
– Pere Estupinyà
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