(English intro to Spanish lang post) Spanish scientist and director of the Sloan-Kettering Institute Joan Massagué published in Cell a key mechanism used by cancer cells to establish metastatic brain tumors (eurekalert). The research showed specific proteins involved in the overcome of tissues defenses against metastatic invasion, and the clinging of cancer cells to blood capillaries. It’s a significant achievement that could lead to new strategies to fight against metastasis. But it’s still in its early stages. Nevertheless, an important spanish newspaper published a front page story saying that “Massague discovered the origin of metastasis”. This exaggeration spread immediately to TV stations and other newspapers. Reporters who followed up the story had to reduce expectations and to point out that this basic research is still far from a clinical application. Massagué himself admitted in an interview that “the way media communicate our results is out of our control”
A medida que un tumor crece va “soltando” células cancerígenas que recorrerán el cuerpo por el torrente sanguíneo. La gran mayoría de estas células cancerígenas son identificadas y destruidas por el sistema inmunológico. Pero unas pocas sobreviven y son capaces de alcanzar las estructuras de diferentes órganos como el hígado o el cerebro. Una vez allí, la gran mayoría vuelve a morir por mecanismos protectores presentes en los órganos. Pero unas poquísimas de estas poquísimas consiguen sobrevivir enganchadas a ese nuevo órgano, logran integrarse en él, empiezan a dividirse, y terminan generando un nuevo tumor además del que el paciente tenía en el órgano original (por ejemplo mama o pulmón). Esto es la metástasis: el hecho de que un tumor “se extienda” de un órgano a otro. Cuando a un paciente le dan quimioterapia es justo para intentar destruir esas células cancerígenas “sueltas” que el tumor pueda haber liberado al torrente sanguíneo.
Pero ¿cómo funciona a nivel molecular el proceso de la metástasi? ¿Cómo hace el sistema inmunológico para discernir una célula cancerígena de otra, o un órgano para “protegerse” de la invasión de células tumorales? ¿por qué algunas pocas de estas células invasoras prosperan y otras no? ¿por que algunos tipos de cánceres y órganos son más propensos a metastasis y otros menos? Evidentemente, si conociéramos todos los entresijos moleculares de este proceso metastático, podríamos ser capaces de intervenir farmacológicamente en una de esas vías e intentar frenar la metástasis. Así podríamos intervenir quirúrgicamente el tumor principal, y disminuir muchísimo las posibilidades de que se reprodujera en otros órganos.
Éste es el objetivo. Y un paso importantísimo para entender dichos entresijos moleculares de la metástasis lo ha dado el grupo del Dr. Joan Massagué en el Memorial Sloan Kettering de NY: utilizando ratones programados para sufrir cánceres de pulmón y de mama (tumores que suelen hacer metástasis en el cerebro), el Dr. Massagué ha descubierto que cuando las células cancerígenas “sueltas” logran llegar al cerebro, son destruidas en un proceso donde una molécula llamada “plasmina” es clave. Esta “plasmina” es una pieza fundamental pues inhibe la metástasis de cerebro de dos maneras diferentes: ayuda a los astrocitos a destruir las células cancerígenas, e impide que estas células cancerígenas se peguen a los vasos sanguíneos (paso imprescindible para poder empezar a crecer tumoralmente).
Pero todavía más importante: el equipo del Dr. Massagué ha descubierto también que las células cancerígenas pueden expresar otras moléculas llamadas “serpinas inhibidoras del activador plasminógeno” que desactivan a las “plasminas” protectoras y facilitan que las células cancerígenas logren pegarse a los vasos sanguíneos del cerebro y empezar la metástasis.
Este hallazgo es importantísimo porque entendiendo cómo funciona molecularmente el proceso, e identificando estas “plasminas” protectoras y “sermines” neutralizantes, en caso de que funcionen de la misma manera en ratones que en humanos, y no sólo en metástasis cerebrales sino también en otros órganos, se podría buscar una manera química de intervenir en el proceso de la metástasis. Es sin duda prometedor, pero para llegar hasta el final hacen falta todavía muchas confirmaciones y superación de obstáculos que podrían entorpecer el proceso.
¿Se trata de que “Massagué descubre el origen de las metastasis”, como publicaba Josep Corbella en La Vanguardia? No. Este titular es una nueva sensacionalista exageración de los editores de La Vanguardia online, que especialmente en Cataluña creó la idea distorsionada de que el descubrimiento era muchísimo más importante y decisivo de lo que de momento es. Arrastrados por la grandilocuencia del titular (el texto de Josep es muy bueno), TV3 y otros medios catalanes hablaban como si el catalán afincado en NY estuviera a un paso de curar el cáncer. Si fuera así, el descubrimiento habría aparecido en el NYT o prensa internacional, y no ha salido en ningún sitio. Algunos incluso decían que se acercaba al Nobel. Al propio Masagué parece haberle incomodado tanta desproporción y le ha tocado matizar que “nadie sabe si nuestro hallazgo sobre las metástasis dará un beneficio, ni cuándo ni para quién” (Agencia SINC), que “el titular de La Vanguardia decía otra cosa”, y que “su obligación es comunicar los resultados a la comunidad científica, pero cómo los medios transmiten el hallazgo a la población está fuera de su control”.
En este video de una televisión local se ve a un Massagué con cara de póquer cuando el rimbombante Josep Cuní le preguntaba por “el gran descubrimiento que podía cambiar definitivamente la lucha contra el cáncer, que es cómo evitar las metástasis” (toma ya!). Tras un “aaaaahhhhh” inicial, Massagué le explica que de momento han visto qué necesitan las células cancerígenas para hacer metástasis en el cerebro de ratones, y que a partir de allí seguirán investigando. El presentador insiste en si esto “significa un antes y un después”, y el Dr. responde “mire, esto sólo el tiempo lo dira…de momento es un antes y un después en el conocimiento de…blablabla”
De hecho la repercusión del sobredimensionado “Massagué descubre el origen de la metástasis” de la vanguardia fue tal que parece haber condicionado otras informaciones posteriores sobre el tema. La propia de SINC con un titular hablando de cautela en lugar del importante hallazgo, incorporación de matices en titulares como “una de las claves” (El Periódico), “parte del mecanismo” (Quo), “posible origen” (EP)… o la extraña decisión en El País de Emilio de Benito de relegar el descubrimiento a una nota secundaria dentro de un artículo también de ciencia muy básica sobre “el control de la velocidad de la división celular, clave para el cáncer” que para él debe ser más importante.
Lo cierto es que -y hablando de comunicación científica- el artículo científico de Massagué y éste sobre la división celular es importantisimo que sean publicados en revistas científicas de referencia, para que todos los investigadores sobre cáncer conozcan el mecanismo propuesto por massagué, pues realmente es una vía muy prometedora a explorar. Por eso está en Cell y no en una revista menor. Pero importancia práctica para el público, o incluso para la comunidad médica, ninguna en absoluto. Es muy bueno que la población vea cómo la ciencia progresa y va acercándose a la solución de grandes problemas, pero nadie va a hacer ningún cambio por conocer esta información o no. No es como un “comer margarina contribuye a enfermedad cardiovascular”, que sí llama a la acción del lector. Quizas por eso el descubrimiento de Massagué ha tenido tan poca repercusion en la prensa anglosajona, e incluso en España El Mundo lo ha ignorado (siendo un gran descubrimiento científico de poco impacto en el lector), mientras sí publican por ejemplo que el yoga es bueno para afrontar el cáncer (científicamente menor pero de mensaje más claro).
Finalizando la revisión, un buen texto y acertado titular lo encontramos en ABC con Núria Ramírez de Castro “Massagué halla un proceso clave en el origen de la metástasis del cáncer”. También interesante El Heraldo entrevista a un investigador aragonés coautor del trabajo con Massagué, quien dice “Sé que ha habido mucho revuelo con la noticia, y quiero que la gente sea consciente de que sí es un descubrimiento importante, pero de ahí a curar el cáncer hay mucho camino. Es una pieza de conocimiento más. Pero para controlar el cáncer necesitamos saber muchas otras cosas. Y en metástasis cerebrales no sabemos casi nada. Hay que ser cauteloso, no vamos a curar el cáncer con esto.”
La verdad es que a pesar de ser ciencia muy básica, y ser conscientes de que la biomedicina es una carrera de obstáculos la mayoría invisibles, el descubrimiento parece realmente alentador y de gran potencial. Ojalá Massagué anuncie que las metástasis en otros órganos funcionan siguiendo los mismos mecanismos, y que ha encontrado una manera de interferir en estos mecanismos para reducir la posibilidad de metástasis. Es esperanzador, y factible.
– Pere Estupinyà
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