(English intro to Spanish lang. post) After a meeting of science communicators in Nicaragua, SciDev reports that Central America needs to improve science journalism and public awareness of local research. Maybe. But we are not sure if a top-down approach is the best way to stimulate science, health and environmental reporting. Sometimes we feel like too much time is spent talking about plans, ideals and goals, and not enough about specific projects. Here is an example of what might be better, in the form of a participatory initiative at the Spanish newspaper La Vanguardia. It focusses on research by Spanish scientists. It includes that economic support from a private Bank. An experienced science reporter worked with top Spanish researchers to report news on industrial chemistry, schizophrenia, computation, economy, cancer, and paleogenetics, among others. t asks readers are to vote for the “Vanguardia de la ciencia” prize. This seems to be a potentially good example for other countries to engage their citizens and politicians with science.
Un resumen del recomendable artículo de Jorge A. Huete-Pérez “Centroamérica necesita plan de comunicación científica” en SciDev sobre un reciente seminario de periodismo científico realizado en Nicaragua podría ser: “La comunicación científica es una excelente herramienta para conseguir un mayor compromiso político con la investigación. Para ello, en países con escasa cultura científica, las noticias no son suficientes. Deben complementarse con iniciativas que transmitan la importancia de la ciencia a la sociedad, destaquen la labor de investigadores locales, y potencien la apropiación, compromiso y participación social y política en la ciencia”.
Cierto: un objetivo repetido en muchos encuentros es que la ciencia local llegue a sectores amplios de la población. Pero como aquí nos gusta más hablar de casos concretos que de objetivos, planes y programas, proponemos contemplar la iniciativa “La Vanguardia de la ciencia” que ha lanzado el periódico español La Vanguardia, para dar visibilidad a las investigaciones en España, y fomentar la participación ciudadana con la votación del lector para otorgar el premio Vanguardia de la ciencia al grupo de investigación que más lo merezca. Como explica el experimentado y gran periodista científico Josep Corbella, la votación será ponderada con otros investigadores, y la iniciativa está abanderada por el grupo Godó. Como indica el banner de la sección, también se cuenta con la colaboración (suponemos económica) de CatalunyaCaixa.
Enseguida lo comentamos, pero… ¿Qué necesita Nicaragua –o cualquier otro país centroamericano- para realizar –en caso de gustarle- una iniciativa parecida? No mucho: una persona emprendedora que crea en el proyecto, lo lidere, y consiga: un buen periodista científico, el beneplácito de un medio de comunicación cuanto más masivo mejor, y financiación de alguna entidad pública o privada. Con eso ya arranca. ¿Un plan general? Mejor si lo hay; pero no es imprescindible. Además, en ocasiones genera demasiada burocracia y entorpece la misión. Lo imprescindible es que alguien se ponga a entrevistar y escribir, que alguien publique, y que alguien pague.
Sobre La Vanguardia de la Ciencia: Felicidades de nuevo a Josep Corbella por el trabajo realizado. Ya lleva 14 científicos entrevistados (algunos agrupados por parejas) sobre temas como… Química: la síntesis en laboratorio de un material escaso pero con muchas aplicaciones industriales como la boggsita, Neurociencia: qué rol tienen las interneuronas en la aparición de esquizofrenia, Economía: intentar analizar de manera similar a la epidemiología todos los factores que hacen que España tenga más paro que Francia, Medicina: las dificultades y progresos frente al cáncer, Paleontología: el análisis de fósiles de neandertal, Física: un láser que permite atrapar moléculas individuales como si fuera una especie de pinza óptica, o Interdisciplinariedad: física de sistemas complejos y biología molecular para diseñar redes celulares que constituyan la primera computadora biológica. Hay más. De momento, las preferencia de los lectores se decantan por el tándem de químicos, seguidos de cerca por el equipo multidisciplinar. En la sección, podemos encontrar también otras notas relacionadas con la ciencia local.
Excelente iniciativa. Si quisiéramos buscarle alguna pega, creemos que las notas describiendo el trabajo de los investigadores podrían estar un poco más desarrolladas. Son bastante escuetas. Sabemos que al final es cuestión de tiempo que uno le pueda dedicar, y Josep ha realizado un gran trabajo condensando de manera clara y en pocas líneas el objetivo principal detrás de cada grupo de investigación. Pero si pudiéramos pedir, nos hubiera gustado un poco más de detalle.
Y no podemos evitar comentar un debate recurrente ente algunos comunicadores de ciencia españoles: La Vanguardia cuenta con el magnífico trabajo de sus redactores de ciencia, pero en muchas ocasiones da cancha a las pseudociencias en su sección estrella; unas entrevistas muy ágiles que aparecen a diario en “La Contra”. Es la página más leída del diario, imitada por otros periódicos, y un escaparate donde cualquier autor quiere salir. La controversia es que en ocasiones como el sábado pasado publica entrevistas como “El sol, y su luz, es un manantial de salud”, por Ima Sanchís a un “Doctor” en ciencias naturales, defendiendo los supuestos usos terapéuticos de la luz solar, y los falsos casos de gente que dice alimentarse sólo de la luz, sin necesidad comer. “Tal vez energía y materia sean intercambiables”, dice este “doctor”, que también asegura que “Nuestras células comunican a través de la luz gracias al ADN, que funciona como una antena de transmisión de estas ondas electromagnéticas”. Para ser honestos, la primera parte de la entrevista es totalmente coherente, explicando los problemas que indudablemente suscita el tener tan poco contacto con la luz natural. Y los efectos saludables de tomar el sol. Bien hasta aquí; pero claro, esto lo podría decir cualquiera. Es hacia el final de la entrevista donde revela un tono pseudocientífico al hablar de biofotónica que –y aquí está la discusión- según algunos no debería permitir un periódico como La Vanguardia.
– Pere Estupinyà
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